El saludo militar, tal como hoy lo conocemos, debe su origen a varios motivos. Algunos historiadores remontan esta costumbre al Imperio Romano, cuando, debido a la poco ejemplar costumbre del asesinato político, se convirtió en habitual que al visitar a un oficial se levantase la mano para mostrar que no se iba armado, por lo que en realidad, los legionarios saludaban exactamente igual que los militares modernos, o sea, llevando la mano de canto al borde de la galea.
Coldstream Guards
Sabemos que a principios del S. XIX los Coldstream Guards modificaron el saludo habitual del Ejército británico -tocarse el sombrero con la punta de los dedos- pasando a darse una leve palmada en el gorro propio. Mas avanzado el tiempo, a finales del siglo XIX los oficiales de la Royal Navy introdujeron la costumbre de no quitarse la gorra, como era costumbre hasta ese momento y solamente efectuar el intento de tocar la visera, deteniendo el saludo. La practicidad de este saludo, especialmente a bordo, hizo que de inmediato fuese adoptado reglamentariamente. Pese a ello, hacia 1898, aún existían viejos oficiales y suboficiales que saludaban descubriéndose en lugar de efectuar la, mal llamada, venia, ya que este término significa inclinar la cabeza como saludo o requerir por este medio permiso o autorización para hacer algo.En todos los ejércitos del mundo existe el saludo militar, teniendo diversas manifestaciones de acuerdo al país o época de que se trate. Así, entre los más curiosos, tenemos a los países de la esfera de influencia británica, que lo hacen mostrando la palma de la mano derecha, indicando con ello, que no se esconde nada cuando se saluda al superior. La misma forma de saludo tiene el ejército francés.