Descripción.El Sapo corredor es un sapo de tamaño mediano, con unos 8-9 cm. de longitud total, rechoncho y con una cabeza ancha y redondeada. Los ojos tienen un llamativo y característico iris de color amarillo-verdoso con pigmentos oscuros y una pupila horizontal y elíptica. Las glándulas parótidas son pequeñas y paralelas, aspecto este que lo diferencia muy bien de su congénere el Sapo común, con parótidas grandes y oblicuas. El tímpano es pequeño y poco patente. La coloración del dorso es de un jaspeado verdoso y amarillento, con una gran variabilidad entre individuos, destacando en casi todos los ejemplares una línea vertebral amarillenta o anaranjada, en ocasiones blancuzca. La parte ventral es de color clara y pigmentada de pequeñas manchas pardas o negras. Tiene unas patas cortas y robustas con cinco dedos y membranas interdigitales muy reducidas. Las posteriores están adaptadas a la marcha, su nombre común proviene precisamente de esta forma de desplazarse frente a otras especies que suelen dar saltos.
Apareamiento, observándose el cordón de
huevos ya fecundados por el macho.
Distribución y hábitat.Se encuentra presente prácticamente en todo Aragón, pese a los datos que aportan algunas publicaciones, en las que aparece de manera puntual y fragmentada. Resulta el sapo más frecuente en algunas zonas, aunque sin llegar a ser una especie abundante. Ocupa todo tipo de hábitats, tanto en bosques, como en los sotos fluviales, matorrales, cultivos de secano y de regadío, etc.
Larvas de Sapo corredor en una charca.
Alimentación.Se alimenta de todo tipo de pequeños invertebrados; insectos, arácnidos, babosas, lombrices, etc.
Amenazas y conservación.Probablemente, la principal amenaza de esta y otras especies de anfibios sea la perdida de hábitats y la destrucción de los lugares de reproducción. En algunas carreteras próximas a los lugares de reproducción llegan a producirse un gran número de atropellos en noches lluviosas de primavera.
Ejemplar cantando. Puede observarse en la parte ventral derecha una sanguijuela.
Leyendas.Hay una creencia muy extendida entre la población de que en ciertas situaciones se producen “lluvias de sapos”. Los sapos no caen del cielo y la única explicación probable es que tras la metamorfosis de las larvas en algunas charcas en épocas muy secas y áridas, aprovechen la humedad provocada por una tormenta para dispersarse. Con la coincidencia de estos factores pueden llegar a verse cientos de pequeños sapillos corriendo por el suelo y, sin que realmente se vean caer del cielo, se achaque esta abundancia a que lluevan.
Para conocer mejor al Sapo corredor:
- Enciclopedia virtual de los vertebrados ibericos – Sapo corredor.
- Atlas y libro rojo de los anfibios y reptiles de España – Sapo corredor.
- Wikipedia – Sapo corredor.
Sapo corredor cantando en la charca en la que se reproduce.