El satélite Europa tiene una puerta de acceso

Publicado el 30 marzo 2019 por Carlosgu82

La NASA ha desvelado cuáles son esos “sorprendentes descubrimientos” realizados en Europa (el satélite de Júpiter). Ya se sabía que este satélite (tan solo algo menor que la Luna) albergaba en su interior un vasto océano de agua salada en estado líquido, si bien el mismo estaba cubierto por una gruesa capa de hielo. Se sospechaba que en dicho océano podría existir vida y ya se estaba estudiando la posibilidad de enviar sondas capaces de perforar dicha capa de hielo para poder acceder y analizar si realmente había vida en ese océano.

El descubrimiento anunciado nos indica que ya no será necesario perforar la capa de hielo porque se han observado diversas columnas de vapor que emergen de su superficie. Pero no se trata de pequeñas grietas por las que salga una pequeña cantidad de vapor de agua sino que estas columnas de vapor de agua alcanzan los 200 kilómetros de altura. Esto quiere decir que las misiones que se envíen a Europa ya no tendrán que horadar el hielo sino que podrán acceder directamente a ese océano. “Europa está considerado como uno de los más prometedores lugares para encontrar vida en nuestro sistema solar”, ha declarado el portavoz de la NASA, Geoff Yoder, explicando que “estas columnas de vapor ofrecen un camino alternativo para explorar el subsuelo líquido de Europa”.

Europa no es el único satélite que emite estas columnas de vapor, ya que las mismas también se han detectado en Encélado, un satélite de Saturno; sin embargo, en el caso de Europa las dimensiones de ese océano interior son tan enormes que se estima que la cantidad de agua que contiene es el doble de la que contienen todos los océanos de la Tierra juntos.

Europa es el cuarto mayor satélite de Júpiter, con un diámetro de 3.121 Km, es decir, sólo algo más pequeño que nuestra Luna y, según estudios recientes, posee una elevada concentración de oxígeno, incluso mayor que en nuestros mares; unas concentraciones de por sí suficientes para mantener no solo microorganismos, sino incluso formas de vida más complejas.  Aunque la temperatura exterior es de –163ºC un vasto océano se esconde bajo su superficie, el cual se mantiene caliente gracias al calor generado por las mareas gravitacionales de Júpiter.