Los recuerdos se pegan mejor si con horror vienen impresos. Otras imágenes de esta película que quedaron grabadas en mi mente. La figura de un caballero se desprende del vitral de una iglesia y blande su espada ante los ojos alucinados de un cura. Un niño que gusta del azúcar se ve atacado por bizcochos, conos de crema y alfajores que avanzando con piernitas y bracitos pugnan por meterse en su boca. Si lo anterior les parece, con razón, fantasías que sólo asustarían a un niño de seis años, que tal una mujer viva envuelta como una momia egipcia y bañada con cera hirviendo. Seguí oyendo el grito que lanzó varias noches antes de dormir.
“El secreto de la pirámide” estaba diseñado para romper en taquilla y continuar su rendimiento con secuelas y merchandising. No en vano se trataba de otro producto de gran presupuesto de la firma de Steven Spielberg, productor ejecutivo de esta y otras tantas películas que dominaron las carteleras de los 80´s. “El secreto de la pirámide” echaba mano a varios ingredientes que habían funcionado de maravilla no mucho antes. Tenía hazañas de niños sabihondos como en “The Goonies” (1985); las destrezas físicas, los villanos exóticos y los templos de perdición de las cintas de Indiana Jones, y, en especial, ese afán por lucirse en el despliegue visual. Todo esto al servicio de una versión teenager de un clásico de la literatura de misterio. ¡No podía fallar! Pero tanto la crítica como el público se mostraron muy poco entusiastas con esta película y su recaudación apenas superó lo invertido. Quizá su parecido a otras cintas pesaban demasiado como para ser apreciada por si misma, quizá algo fallaba en los personajes (el romance nada convincente de Holmes hacia aquella niña, por ejemplos), lo cierto es que al “El secreto de la pirámide” le fue inútil incluir después de los créditos finales una escena que insinuara que el joven Holmes continuaría sus aventuras en otra entrega, “próximamente en esta sala”.
“El secreto de la pirámide” es un antepasado directo de las películas más comerciales de hoy. Demostró que en el futuro nada sería imposible en lo visual gracias a las imágenes computarizadas, pues traía la novedad del primer personaje digital en una película de acción real (el caballero que salta del vitral, que les conté). El responsable de la aparición era John Lasseter, quien diez años después realizaría “Toy Story” (1995), el primer largometraje de animación 3D, y lideraría la compañía Pixar para hacer de este tipo de producto la atracción de las carteleras que vendrían. Además, “el secreto de la pirámide” sería el primer ensayo de lo que sí sería una franquicia futura muy exitosa. El guionista Chris Columbus dirigiría después las adaptaciones de los dos primeros libros de Harry Potter y para esto recordaría mucho de la estética y los personajes de “Young Sherlock Holmes” en la recreación del Colegio Hogwarts y sus intrigas.
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Cómo conseguirla:
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en buena calidad pero doblada al español.
Para descargar película: Enlace eD2k
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