Esta película argentina y co producida con España (2009) ganadora del Oscar a mejor película extranjera, es un thriller judicial en el que orbitan simultáneamente una sublime y aplazada historia de amor y la resolución de un brutal asesinato desarrollados a través de flashbacks y saltos no lineales en el tiempo mientras sus protagonistas, Ricardo Darín y Soledad Villamil en los papeles protagonicos, redescubren el valor del amor y de la necesidad de cerrar ciclos inconclusos.
La historia hilvanada con precisión matemática y veracidad sin pares, es una deliciosa incursión en el género policiaco que pone sobre la palestra al sistema judicial argentino tan común en los países en los que los gobiernos están e deuda de ser expeditos y legales, al igual que nos recuerda el peligro de regímenes totalitarios en los que se recurre a siniestros personajes que alimentan la violencia y los temores.
La pareja de empleados judiciales que retoman un caso del pasado, así como los personajes que los acompañan, son un acertado retrato de la sociedad argentina en un determinado momento histórico, y su director JuanJosé Campanella también realizador de la magnífica “El hijo de la novia”, despliega de principio a fin un eminente ejemplo de buen cine lleno de precisos toques humorísticos y escenas redondas en las que no sobra ni falta nada más. PARA RECORDAR.
Notas:
Soledad Villamil gana por obvias razones el Goya del cine español 2010 como actriz de reparto y la película y su protagonista masculino, también son nominados a este premio.
Argentina por segunda vez con este film, gana el Oscar a película de habla no inglesa, luego de hacerlo con “La Historia Oficial” (1988) protagonizada por Norma Aleandro y Héctor Alterio.
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