Imprescindibles en cualquier comelata, a la receta básica de sofrito sin tomate, cada cual añade su propio secreto: la proporción de comino, el cuajado a fuego lento, el chorro de vino seco, el puñadito de azúcar; en fin, hay tantos secretos como recetas.
Me encantan los frijoles negros, pero cuando en Barcelona me invitaron a almorzar en Frijoles Negros, me alarmé, no me parece serio viajar tan lejos para comer lo que aquí es rutina, pero Jorge, mi simpático invitador, logró tranquilizarme.
Un local medio escondido en Carrer de Bruc 146 casi esquina con la populosa Diagonal aloja este sitio de primoroso diseño que en nada recuerda los tópicos que acompañan a la cocina cubana. El blanco domina con toques negro-grises y rojos, reproducción de carteles hechos por Xavier Cugat y ya.
Pero la comida, que es lo que te hace regresar a un restorán –o no—aun cuando tenga originales de Picasso, está muy bien. Sin hacerme la gourmet, me gustó mucho la mezcla de platos de la cocina internacional con guiño a sabores cubanos y viceversa. Así la doméstica ensalada de tomate y lechuga se degusta mejorada con fresas troceadas y el muy aristocrático salmón comparte cartel con una yuca con mojo.
El complemento es un personal atento en la medida justa para hacerte sentir bien.
El culpable de todo es Juan Carlos Puig Bretons, cubano con ascendencia catalana a quien le sobran ideas. Por las noches, descargas de música en vivo, y si no me confundo, hasta funciona (o funcionará) como discoteca los fines de semana.
La añoranza de Juan Carlos coquetea con un local en Cuba, ahora que le dicen que se puede, pero no se decide. Demasiados requerimientos y pocas garantías lo hacen sentirse cauto y esperar. Además, todavía anda muy enredado en Frijoles Negros, su work in progress.
Ahora ya saben, el secreto de unos buenos frijoles negros no está solo en la cocción.
Como curiosidad, les dejo una receta poco conocida, a ver si Juan Carlos se atreve como parte de su cocina fusión:
Frijoles Negros a la Menocal (en La cocina y el Hogar de la Dra. Dolores Alfonso)
1 1/2 tazas de frijoles negros 30 tomates medianos pelados y sin semilla
3 cebollas 1 taza de aceite
1 hoja de laurel 5 cucharadas de azúcar
4 dientes de ajo 4 litros de agua
1 pimiento grande sal y pimienta
Se cocinan los frijoles con el agua y el laurel. Cuando estén blandos se echa la sal y se agrega el sofrito con la cebolla, pimiento, tomates, ajo y pimienta, se agrega luego el azúcar y se deja cocinar a fuego lento hasta que espesen. Se dejan reposar durante un día y se calientan al momento de servir.
Da para 6 raciones y cada plato aporta 396 calorías