Aclarada la confusión que me llevó a descartarla así sin mas, empezó a calarme poco a poco y eso que tenía poco tiempo para leer, y un montón de novelas esperando en la estantería a que les hiciera un poco de caso, aún así, tan entre ceja y ceja tenía metido el libro que aproveché que se había convocado un conjunta, simultánea, y me perdonaréis que no recuerde quién la lió, y como cada día pasaba por librería preferida de Eloy Moreno, Argot, que no cierra a mediodía de camino al trabajo me lié la manta a la cabeza y la compré.
Llevaba en ese momento dos novelas entre manos y le hice hueco a una tercera, que a pesar de no ser una primera opción me estaba robando el sueño, y confieso que terminó arrinconando a las otras dos que me miraban mal y todavía no me lo han perdonado, sobre todo porque las reseñas siguen tan pendientes como esta que estoy escribiendo en estos momentos.
Siempre he dicho que soy caótica por naturaleza, que no tengo ni un orden de lectura, ni un orden de reseñas, ni un día fijo para publicar y es que los plazos me agobian de tal manera que el placer se convertiría en trabajo y por ende dejaría de ser un disfrute para convertirse en una obligación. Pero como las lideresas de Somos Alianza, Carax y Teresa, dedicaron el mes de octubre a Jordi Llobregat, pensé que era un buen momento para escribir mis impresiones.
Y dejo de enrollarme que me voy por las ramas y supongo que a pesar de que se han escrito mares de tinta sobre esta novela, igual necesitas un último empujón para lanzarte de cabeza a su lectura, y espero dártelo yo en esta opinión.
El autor:
ciudades. Desde hace años mantiene un vínculo especial con Barcelona, la ciudad de su familia materna.
Actualmente, compagina la escritura con su trabajo al frente de una empresa dedicada a la realización de proyectos de competitividad territorial y desarrollo local. Es cocreador y director del festival de novela Valencia negra, donde espero encontrarlo en la próxima edición aprovechando la proximidad geográfica.
Ha participado en varias antologías de relatos y pertenece al grupo literario El cuaderno Rojo.
Argumento:
Barcelona, mayo de 1888. A pocos días de inaugurarse la primera Exposición Universal del país, aparecen los cuerpos horriblemente mutilados de varías muchachas. Son heridas que recuerdan a una antigua maldición de la ciudad largo tiempo olvidada.
Daniel Amat, joven profesor residente en Oxford, recibe la noticia de que su padre ha muerto en extrañas circunstancias, lo que le obliga a volver a Barcelona después de años de ausencia. A partir de ese momento, se verá envuelto en la persecución de un despiadado asesino mientras se enfrenta a las consecuencias de su propio pasado.
Bernat Fleixa, reportero del Correo de Barcelona, cuyo único interés es conseguir una noticia que le haga famoso i Pau Gilbert, un enigmático estudiante de medicina, se unirán a Amat en busca de un antiguo manuscrito anatómico que puede cambiar la historia del conocimiento y que resulta ser el principal objetivo del misterioso asesino.
Secretos, traiciones y pasiones prohibidas en la Barcelona convulsa y facinante de finales del siglo XIX, donde nada es lo que parece ni nadie está a salvo de su pasado.
Mis impresiones:
Toda trama tiene un trasfondo, o un desencadenante, algo que motiva al autor a poner en marcha todo el engranaje que termina o no siendo una historia publicada. He dicho al principio que pensaba que Vesalio era romano, sin embargo nada más lejos de la realidad, Vesalio fue un médico de origen germánico nacido en Bruselas, considerado el padre de la Anatomía Moderna. Fue juzgado por la Inquisición en Madrid por realizar la autopsia a un hombre vivo.
Y este es precisamente el punto de partida de esta novela, puesto que el autor se preguntaba como había podido cometer semejante error, si es cierta la anécdota, porque de sobra son conocidas las acusaciones que esta institución realizaba. Las elucubraciones de Jordi intentando dar respuesta a este interrogante dan lugar a una trama oscura, bien hilada, con giros argumentales que sorprenden al lector y unos personajes entrañables que nos acompañaran a lo largo de sus más de quinientas páginas.
Quizás lo que más me ha sorprendido de este libro sea la riqueza del léxico utilizado por el autor que lejos de entorpecer la lectura ni recargarla la ha dotado de una mayor belleza, aumentando el placer de pasar páginas y adentrarse en la trama. Para ser una opera prima Jordi Llobregat ha puesto el listón muy alto.
Uno de los principales activos de esta historia es la tensión, el misterio, el suspense que no decae en ningún momento, la pericia del autor para ir facilitando detalles que lleven de la mano al lector hasta la resolución de algunos misterios y secretos que esconden sus personajes, de esa manera la resolución final no resulta forzada, atrapa irremisiblemente al lector que con horas por delante termina la novela en un par de sentadas, como mucho tres.
Otro y no por ello menos importante la ambientación, Jordi Llobregat es capaz de transportanos a la Barcelona de 1888, a esa ciudad gótica más cercana al Londres Victoriano que a la ciudad que muchos podamos tener en mente, una ciudad con grandes contrastes sociales, en los que la clase trabajadora comienza a organizarse en sindicatos para defender sus derechos, en la que el progreso convive con las supersticiones y el papel de la mujer es más bien escaso y de sumisión al hombre a pesar del talento que pueda atesorar. Una Barcelona que abre sus puertas a la modernidad, a la iluminación electrica, y en la que el Espiritismo empieza a gozar de muchos adeptos.
Una ciudad que en la pluma de este valenciano tiene más sombras que luces y atesora tantos secretos familiares que el lector tendrá un reto por delante. No es díficil visualizar los coches de punto, escuchar el traqueteo de los landós de la gente pudiente, veremos surgir los primeros edificios modernistas, la llegada de la electricidad, pero también nos llevara a los bajos fondos donde viven los obreros, y aquellas mujeres que nadie reclama, y bajaremos incluso a las cloacas donde los delincuentes han establecido su propio reino sembrando el terror incluso entre la policia.
Barcelona se convierte en una protagonista más dada la rica y cuidada ambientación del autor, en la que se nota una profusa documentación. Como también se convierte en personaje Vesalio, alrededor del cual gira toda la trama, y también aquí es patente todo el trabajo previo que Jordi ha tenido que hacer a la hora de abordar esta apasionante historia.
Y ya que hablamos de personajes, os contaré que esta novela se sustenta sobre un trío de lo más dispar, que se verá arrastrado a una investigación en la que arriesgaran su propia vida.
Daniel Amat: Un telegrama anunciando la muerte de su padre llega en el peor de los momentos. No da crédito a como han podido dar con su paradero tras siete años de huida, y justo cuando acaba de prometerse en matrimonio y le ofrecen una vacante en la institución en la que da clases. La noticia cae a plomo en el joven, más por lo que significa, que el pasado vuelve de golpe y los fantasmas amenazan con quedarse, que por la muerte en sí, puesto que la relación entre ambos era inexistente.
Alrededor de Amat sobrevuela un misterio, un accidente que cambio para siempre su vida y la de su familia y que el lector irá descubriendo poco a poco. Amat es terco y al llegar a Barcelona le van a sobrevenir más sorpresas, como que la muerte accidental de su padre pueda encubrir un asesinato y pueda estar relacionada con las muertes de mujeres anónimas. A pesar de querer cerrar cuanto antes ese capitulo y volver a su rutina, los acontecimientos se encadenan de tal forma que no tiene más remedio que investigar que le ha podido pasar a su padre.
Bernat Fleixa: periodista, impenitente jugador, endeudado hasta las cejas, frecuentador de burdeles, un personaje turbio que se mueve con igual facilidad por las luces que por las sombras. Su vida laboral ha tocado fondo, no es el reportero de antaño y la savia joven amenaza con desbancarlo con malas artes. Corre tras el reportaje que le devuelva la notoriedad perdida, y la llave la tiene Amat.
El encuentro entre ambos no es demasiado amigable, y Daniel no da crédito a lo que le cuenta, la idea de que la muerte de su padre pase de un accidente a un asesinato, no entra en sus planes, pero el periodista es tenaz e insistente, y termina por embarcarlo en sus planes.
Juntos se adentraran en esa Barcelona que solo conocen los que estan acostumbrados a bajar a los bajos fondos y los que viven en ellos sin posibilidad alguna de abandonarlos.
Pau Gilbert: Un avezado estudiante de medicina, que pretende mantenerse en un discreto segundo plano, aunque no siempre lo consigue. Sus conocimientos médicos sorprenden incluso a sus profesores y levantan las envidias de algunos compañeros. Esconde un secreto de ahí su discreción. La vida de Pau dará contantes giros, se encontrara en situaciones limites, y al final asesorará a Amat y Fleixa en calidad de ayudante del padre de Daniel.
Los tres se embarcan en la búsqueda de un libro inédito de Vesalio y todos ellos estarán en algún momento al borde de perder la vida.
Junto al trio protagonista encontramos a unos secundarios de lujo, tan bien perfilados como los principales, tratados con el mismo mimo y la misma delicadeza, ofreciéndonos datos tanto de su personalidad como de su físico. Entre ellos ha llamado mi atención Irene, una mujer que se vio obligada a casarse con el hombre equivocado, un tirano con problemas mentales, y a pesar de todo sigue rebelándose a su autoridad y sufriendo las cosecuencias.
La novela avanza a un ritmo constante que en ningún momento decae, dejándonos pistas para que lleguemos a sospechar el secreto o misterio que esconden los personajes incluso antes de que el autor lo desvele, y es su forma de ir preparándonos para el giro final, para ese que al menos a mí me dejó con la boca abierta, y completamente noqueada, tanto o más que Amat. Un final que para nada resulta forzado y para el que el autor nos va preparando a lo largo de toda la trama. Un broche de oro, para una novela, bien escrita, bien tramada, bien orquestada que seguro que hará las delicias de cualquier lector.
Conclusión
El secreto de Vesalio es una novela que cuenta con una multitud de ingredientes bien cocinados por la mano maestra de Jordi Llobregat, que ha conseguido con esta opera prima poner el listón muy alto y revelarse como un autor a tener en cuenta.
Junto a la novela negra, la histórica es uno de mis géneros favoritos, y este libro combina a la perfección la ambientación de la época, adecua los personajes a la trama y crea las luces y las sombras necesarias para que resulte creible.
Creo que si has llegado hasta aquí, huelga decirte que te recomiendo encarecidamente su lectura, si tenías dudas, espero las haya despejado todas, si ya lo tenías en mente, ya tardas en leerlo.