Jean E. PendziwolHarpercollins, 2017320 págs.Serie: Autoconclusiva
Sinopsis
Aunque la cabeza aún no le falla, los ojos de Elizabeth ya no son lo que eran. Como ya no es capaz de enfrascarse en sus adorados libros ni de contemplar los cuadros que la conmueven, llena ese vacío con música y los recuerdos de su familia, en especial de su amada hermana gemela, Emily. Cuando por azar se descubren los diarios de su padre después de un accidente, el pasado se vuelve omnipresente.
Con la ayuda de Morgan, una adolescente problemática que realiza servicios comunitarios en su residencia de ancianos, Elizabeth estudia los diarios, un viaje a través del tiempo que acerca a ambas mujeres. Entrada tras entrada, esta improbable pareja de amigas se va sumergiendo en un mundo que dista mucho del que habitan: la isla Porphyry en el lago Superior, en Canadá, un lugar de naturaleza bellísima pero salvaje e incluso peligrosa, donde el padre de Elizabeth se encargó del faro setenta años atrás y creó su familia.
Opinión
Necesitaba desde hace unas cuantas semanas ese libro que me atrajera sin más, que no pudiera soltar y por fin lo he hallado, El secreto del faro.
El primer capítulo es una especie de prólogo donde se descubre una pequeña embarcación a la deriva. No hay nadie y solo se encuentran unos diarios. Arnie es la persona que lo encuentra y reconoce a quién pertenecen, a la familia Livingstone. Justo después comienza de verdad la historia de Elisabeth y Morgan. Elisabeth vive en un centro de mayores y está ciega, aunque ahoga sus penas recordando cuadros y pinturas. Morgan es huérfana y se encuentra en una casa de acogida, tiene un novio muy poco conveniente y un día decide ir a pintar justo en la pared de la residencia de Elisabeth. La policía la pilla y la obliga a hacer trabajos sociales pintando de nuevo la pared. De una forma muy casual, Elisabeth y Morgan se conocen, les une unos dibujos que Elisabeth tiene en su habitación y Morgan lo recuerda de haberlo visto en su estuche de violín. Cuando Elisabeth recibe los diarios de su padre, Morgan será quién se los lea y sepamos la historia de Elisabeth y su hermana gemela Emily.
Hay tres claras protagonistas: Morgan, Elisabeth y Emily. Tres mujeres muy distintas, que les unirá el amor a una pintura de dos libélulas. Morgan es una chica desvalida, sin un futuro visible, desganada y que la visita a ese centro de mayores le abrirá la mente y la necesidad y ganas de vivir. Elisabeth es una mujer cansada, con mucho sufrimiento dentro y que necesita saber y hurgar en su pasado. Emily, la hermana gemela de Elisabeth es una muchacha especial, sensible que pinta verdaderas maravillas. Hay algún lazo entre estas tres protagonistas que aunque podamos intuir algo no podemos imaginar toda la maravillosa y magnética historia que tienen detrás.
Historias del pasado que llegan al presente para encauzar vidas. Esto es lo que nos presenta la autora: dos historias, una del pasado y otra en el presente que se unirán para que podamos encajar por fin el puzle. Una historia del pasado evocadora de una vida dura y cruel como fue la de los fareros en el s. XIX y XX. De una forma envolvente y visual viajamos a Canadá, más concretamente a la isla de Porphyry, un lugar de ensueño lleno de la auténtica naturaleza, salvaje y muy real, pero aislado del mundo. Allí solo vive la familia que cuida del faro: la familia Livingstone, padre y madre, y sus cuatro hijos, dos niños y dos niñas gemelas, además del ayudante del farero, Grayson. Una familia unida y fuerte, pero que se nota en el ambiente enrarecido que tienen secretos que no quieren contar; entre esos secretos o medias verdades está Emily, una niña especial y dulce, que no habla nunca, pero que transmite emoción con su mirada tierna y feroz. Mientras la historia del presente es más cercana: dos mujeres tan diferentes tanto de edad como de personalidad que se entienden, que están unidas por el destino para encontrarse y para conocerse, que entablan amistad y crean un nexo de conexión tan fuerte que traspasará las páginas.
Dos historias completamente interesantes, que no destaca ninguna sobre la otra y que emocionan, enternecen y asombran por la prosa tan fluida, elegante y sugerente con la que está escrito. Una narración en primera persona por ambas protagonistas que nos llega desde el principio, nos enamora y nos embriaga de forma radical. Unos personajes maravillosos, que transmiten paz y amor, y despiertan sentimientos encontrados cuando presentimos el final tan conmovedor. Un juego maravilloso de secretos y mentiras, arte y un mensaje constante de amor a la familia, conocerse a sí mismo y encontrarse en el mundo. Una deliciosa y recomendable novela que me ha dejado plena con su lectura y completamente vacía al cerrar el libro. Un libro para leer, sentir y disfrutar.