Apasionado por la historia relacionada con la evolución y transformación de las ciudades. Mantiene un especial vínculo con Barcelona, ciudad natal de su familia materna. Su bisabuelo fue propietario de la empresa de forjas de la que salieron las farolas modernistas de Pere Falqués del Paseo de Gracia. Se inició en la escritura a la edad de doce años tras ver la película Le magnifique de Jean Paul Belmondo y Jacqueline Bisset. En la actualidad, compagina la escritura con su trabajo al frente de una empresa dedicada a la realización de proyectos de competitividad territorial, desarrollo comunitario y de ciudades. Formador, ponente en cursos, jornadas y congresos profesionales.
Es el director del Festival de género negro Valencia Negra. Ha participado en varios libros de relatos. Pertenece al grupo literario El Cuaderno Rojo. Esta es su primera novela.
Barcelona, mayo de 1888. A pocos días de inaugurarse la primera Exposición Universal del país, aparecen los cuerpos horriblemente mutilados de varias muchachas. Sus heridas recuerdan a una antigua maldición de la ciudad largo tiempo olvidada.
Daniel Amat, joven profesor residente en Oxford, recibe la noticia de que su padre ha muerto, lo que le obliga a volver a Barcelona después de años de ausencia. A partir de ese momento, se verá arrastrado a la persecución de un despiadado asesino mientras se enfrenta a las consecuencias de su propio pasado.
Bernat Fleixa, reportero del Correo de Barcelona, cuyo único interés es conseguir una noticia que le haga famoso, y Pau Gilbert, un enigmático estudiante de medicina que oculta un secreto, se unirán a Amat en busca de un antiguo manuscrito anatómico que puede cambiar la historia del conocimiento y que resulta ser el principal objetivo del asesino.
Secretos, traiciones y pasiones prohibidas en la Barcelona convulsa y fascinante de finales de siglo XIX, donde nada es lo que parece, ni nadie está a salvo del pasado.
Jordi Llobregat se ha decidido por un narrador en tercera persona para envolvernos en el misterio de las calles de Barcelona a finales del siglo XIX. Acontecimientos extraños suceden, y nada mejor que un narrador de estas características para meterte de lleno en la historia y sentir que estás paseando por estas calles.
Los personajes es de lo mejor que tiene la novela, ya que están construidos con un cuidado exquisito. Daniel es un muchacho atormentado, que quiere rehacer su vida después de que siete años atrás ocurriera algo que le cambió la vida para siempre (iremos descubriendo esto poco a poco en la novela). Tenemos también a Fleixa, un periodista que al principio nos parece que pasa un poco de su trabajo y es bastante dejado, pero que en realidad se toma en serio aquello de lo que quiere hacer una noticia trascendente. Y por último, un personaje bastante peculiar y lleno de sorpresas es Pau Gilbert, un joven estudiante de medicina que ayuda a Daniel y a Fleixa en su investigación.Personajes secundarios que no por ser secundarios están descuidados, ni mucho menos, son el policía Sánchez, un empresario llamado Adell y el responsable de lo que está ocurriendo en el barrio obrero de Barcelona (la Barceloneta).
Llegamos al punto fuerte de la novela: la ambientación. Sin duda alguna el autor tiene un don para expresarse e introducirnos en ese ambiente oscuro, lúgubre, incluso tétrico. Hay momentos en los que sientes el frío de los personajes, momentos en los que llegas a ver la niebla si sales de casa, está oscuro, y aún tienes la novela en mente... En definitiva, y sin ningún tipo de duda, es de las mejores ambientaciones que he leído nunca. De verdad que no parece una primera novela, parece que este hombre lleva escribiendo toda su vida.
Llega el momento más difícil de reseñar, mis impresiones. Y es que cuando una novela me ha gustado tantísimo como esta, no sé qué decir. No sé por dónde empezar a explicaros que en lo que va de año es de lo mejor que he leído (me atrevo a decir incluso que es de las mejores novelas que he leído nunca), y eso nunca me había pasado con un escritor novel. Siempre encuentro algún fallito, algún punto débil, algo que poder mejorar... pero es que esta novela es la excepción, todo es perfecto.
Enganchada desde el primer momento, solo paraba de leer cuando me vencía el sueño, y en las últimas 100 páginas ni siquiera el hecho de estar reventada consiguió que parara de leer. Hay giro detrás de giro, sorpresa detrás de sorpresa, es como si estuvieras andando por una calle llena de recodos y a cada esquina te encontraras algo nuevo y sorprendente.
Sin duda alguna os puedo decir que estará en el top ten de este año, y si no hay nada de aquí a diciembre, muy probablemente se ha colocado en el número uno. Gracias doy al escritor por haber construido una novela tan sublime, a Destino por haber visto el potencial y publicarlo, y a la editorial misma por haberme facilitado el ejemplar y poder leerlo. Descubrimientos como este se hacen pocas veces, y le auguro un futuro muy prometedor al autor. Jordi Llobregat viene pisando fuerte.