Uno no conoce la libertad hasta que la pierde, yo lo he experimentado, y eso me ha fortalecido, gracias a esa experiencia valoro, hoy más que nunca su significado.
Pero entiendo tal y como dice en su libro “Las gafas de la felicidad” de (Rafael Santandreu), que “Cualquier cambio para ser profundo y duradero, debe de ser voluntario” no puedo estar más de acuerdo. Ya he hablado en otros entradas anteriores del tema de las imposiciones, o de esa frase lapidadora de la que también dedique unas palabras “Un palo por el culo” y que aborda este mar impositivo de la falta de libertad o de la no empatía con los demás.
Todavía hoy se muestra un escollo en Mi Camino de Vida la determinación de algunas personas instaladas en la continua coacción de sus pensamientos sin más razones que la supremacía ante mí y/o los demás, o la chulesca burla de creerse superior.
No es más líder el que manda, si no aquel capaz de ponerse al frente y con su ejemplo liderar a los demás.
La enseñanza, el ejemplo, la libertad son herramientas básicas para el disfrute y goce del crecimiento de cada uno de nosotros y creo, que todos disponemos de esas aptitudes para desarrollarlas. Pero nuestras escuelas primarias insisten en ocultarnos e imponernos un sistema educativo basado en la memorización de ríos, planetas o nombres de filósofos, que nos alejan de la auténtica enseñanza sobre la convivencia auyentándonos y dirigiéndonos hacia una falta de Libertad y conocimiento.
Libre uno está mas motivado y es mas consciente de su elección ejecutando así, con plena consciencia su acción, sin estar sometido a la tiranía de la exigencia.
Porqué lo mando yo, porqué sí… etc,etc, son síntoma de una debilidad alarmante que ocultan una flojera mental indigna de cualquier ser humano.
Entiendo que cualquier acción forzada no produce sensación de bienestar, de dominio, de realización personal, en mi caso, me lleva a la des motivación y la falta de credibilidad de aquel sujeto que sin más, abusa de mi libertad.
Hago uso de mi secreto compartido, para tomar distancia siempre que puedo, de aquellos que siguen con un ego desmedido y que se gustan así mismos idiotizándose, haciendo uso de la fuerza y alejándose de la razón, ya no me afecta como antes, aunque sí me salpica. Eso tiene la edad, la acumulación de experiencias que me han ido forjando y dándome la voluntad para elegir quién me acompaña en Mi Camino de Vida.
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