Frase típica donde las haya. Esto es lo que te van a preguntar familiares y amigos no sólo en las reuniones familiares, sino en cualquier momento insospechado. Ya puedes ir paseando a tu hijo tranquilamente, que alguien conocido va a acercarse a saludar y, tras decir ¡ay, qué grande está ya!, viene la frase lapidaria, ¿otro pa cuándo?
No es una frase aislada, no. La frasecita pertenece al grupo de las que te van soltando a lo largo de tu vida porque parece que siempre vas tarde, que hay cosas que ya deberías haber hecho y estás quieto, viéndose ir la vida. Son frases como:
- ¿No tienes novia todavía?
- ¿Has acabado ya la carrera o no?
- Pues tendréis que casaros.
- ¿El niño no llega, se está haciendo esperar?
Y todavía habrá algunos, ávidos por alcahuetear que, aún teniendo dos niños, todavía se atrevan a preguntar: ¿Y no habrá un tercero?
Pero, ¿qué prisa hay?
A ver, ¿de quién es la vida? Que cada uno la viva a su manera y como mejor sepa hacerlo. Si queda algo por hacer, es porque algo tendremos entre manos o porque la situación no es la mejor en ese momento.
En mi caso, me molesta en gran medida, y es que simplemente hay proyectos por hacer antes de la llegada de otro bebé. Aquí, el orden de los factores sí alteraría el producto. En otros casos… puede que el asunto sea más grave y puedes hundir a esa persona, aún sin saberlo.
¿Qué hay de malo en preguntar?
Puede que no te hayas parado a pensarlo, pero nadie sabe lo que pasa de puertas para dentro en una casa. Podría ser un asunto económico, que entre los dos sueldos no den para cuidar otro niño. O podría ser que el trabajo tenga tan absorbidos a los padres que éstos no encuentren tiempo para poder criar otro niño, pensando que los abuelos ya tienen suficiente con hacerse cargo del primero.
En el plano psicológico, puede volverse peor aún, puedes destrozar a unos padres con tan sólo formular la preguntita de las narices. Quién sabe si esos padres están intentando por todos los medios darle un hermano a su hijo y no consiguen concebir; o si acaban de tener un aborto en las primeras semanas de gestación, cuando a ojos de los demás aún no se nota nada, por poner algunos ejemplos. Es una situación incómoda en la que, tal vez, sientan vergüenza o pasen un mal rato, y todo por querer saber o inmiscuirse en algo que, a mi parecer, es íntimo y no debería ser preguntado.
Por esto, hay cosas más sanas por las que preguntar. Tan fácil como preguntar cómo le va en la guardería o qué ha aprendido ya.
¿Qué pensáis al respecto? ¿Os han hecho sentir incómodos alguna vez con este tipo de preguntas?