El presidente extremeño se ampara en unos estudios que han hecho unos técnicos y que hace el evento viable, pero seamos serios, nadie, nadie, puede garantizar que no se mueva, por no decir quite, desaparezca, hurte, una sola piedra. Y luego ya sabemos lo que pasa, como dice el pueblo, ese mismo al que él representa, la culpa siempre es del maestro armero, es decir, del último mono, del becario, del pringado de turno, pero nunca del que lleva traje y se sienta en una poltrona.
Tal como está el país, y cada una de las autonomías en particular, la cantidad de asuntos que hay para hincar el diente, como el paro, el hambre, la vivienda…y nos hacemos notar con “una idea de bombero” (otro ramalazo netamente de mi madre). Y el miedo que le da a este vecino es que esta idea tome cuerpo, y lluevan ideas del mismo tipo. Por ejemplo, ¿Qué tal el utilizar el acueducto de Segovia como prueba para un campeonato de vuelo acrobático, entrando y saliendo por cada uno de los arcos? Otra manera de “vender” algo que quizás ya está muy visto, de dar una segunda oportunidad a un monumento. Y ya puestos, incluso se puede utilizar la Mezquita de Córdoba como una pista de trial de motos que se pudiera presentar como "la ruleta rusa mortal y la madre de todos los campeonatos imposibles, para pilotos no solo expertos sino endiabladamente valientes".
A modo de resumen, se deduce que algunos políticos al menos, tienen mucho tiempo libre, o sus ganas de innovar dejan pequeño al mismísimo Julio Verne.
Como decían en esa famosa serie de televisión: Señor Monago, un poco de por favor.*FOTO: DE LA RED