"El señor Ramón y la señora Ramona"

Por Globo De Papel
En la portada ya observamos a un señor y una señora de edad madura sentados a la mesa, tomando una bebida y compartiendo un trozo de queso. Como decorado: plantas, un pájaro que canta y una ventana abierta a la noche. Se les ve relajados, felices. 

Todos sabemos que la noche despierta nuestra imaginación alimentando miedos que se hacen grandes aún siendo muy pequeños. Beatriz Montero nos presenta a Ramón y Ramona que, aunque no sean niños, siguen teniendo miedos y los afrontan de una manera divertida. Por lo tanto, estamos delante de un cuento que ayudará a tratar un tema que preocupa a muchas familias. 
Leire Salaberria, a la que conocíamos por gustarnos especialmente su ilustración de collages, consigue texturas con rotuladores, lápices y acrílicos en una gama de color que la definen creando un ambiente especial.


El pájaro que vemos en portada aparecerá en alguna ilustración más, como si se tratara de un narrador silencioso o de un acompañante que también mira la historia, pero desde dentro y que nos lleva hasta ella. Nos gusta descubrir esos detalles que son representativos de un trabajo meditado y cuidado, como la pequeña ventana del dormitorio o los motivos vegetales en la colcha y paredes.

La historia narra la noche en que ellos escuchan un ruido que proviene de la cocina. Durante el camino a descubrir lo que ocurre, leeremos una conversación entre los dos suponiendo quién puede hacer ese sonido.
Ramón propondrá animales que pudieran producir ese ¡ric-ric-ric! que irá sonando en aumento al acercarnos a la cocina, y Ramona le negará su proposición sugiriendo ella una aún más descabellada iniciando así un juego. Una conversación llena de exclamaciones, onomatopeyas y preguntas que harán de la lectura algo divertido.

Lo que más nos gusta es descubrir a esta pareja con nariz roja y coloretes desenfadados, afrontando el miedo con imaginación, como si fueran niños jugando, lanzando hipótesis disparatadas que son la excusa perfecta para incorporar al relato animales y ¡un viaje a la selva! desde el hogar de Ramona y Ramón.

El misterio nos mantendrá también en tensión y nos solidarizaremos con la incertidumbre de los protagonistas, fomentando la empatía. La ilustradora dejará alguna pista a lo largo de las páginas que nos puede orientar a cerca del intruso.
El miedo estará presente a lo largo de toda nuestra vida, irá cambiando pero estará ahí y no hay que avergonzarse, hay que enfrentarse a él y mejor si es acompañado de alguien que comparta tu ingenio.

"-Ramona, ¿y si en la cocinahay un gato gigante?-¡Qué cosas tienes, Ramón!Los gatos no hacen ¡ric-ric-ric!Hacen ¡miau-miau-miau!"