El sentido de la Filosofía como teoría de lo que hacemos...

Por Juanferrero
...no puede ser otro que el de tratar las distintas teoría filosóficas como que efectivamente están haciendo ésto (teoría de lo que hacemos), aunque definan la Filosofía de manera distinta. La ventaja mayor de ésto es que las confrontaciones con otra Filosofías no se reduce a un mero careo, de opiniones sino que se evalúan aquellas según la potencialidad de ésta, y esta demostraría su vitalidad por la capacidad de transformación. De otra manera la disputa parece que estaría dependendiendo de una tercera posibilidad que haría como de juez respecto de las dos concepciones que se están confrontando. En este caso la defensa de la Filosofía como teoría de lo que hacemos, estaría quedando subsumida a la de la concepción que con Deleuze hemos intentado rebatir, la de la teoría de lo que es. La tercera posibilidad el patrón de las definiciones no estaría por hacer sino hecha. Sólo teniendo en cuenta que la tercera ha de ser la diferencia que hay entre una concepción y otra con la que se confronta, no es ningún mundo ideal, ni tribunal, la tercera es una síntesis de ambas, pero de carácter disyuntivo que permite reunir a ambas pero por lo que las diferencia. Y esta operación no remite a ninguna operación de analogía, de semejanzas estructurales o modélicas que remitirían una y otra vez al ser, a la teoría de lo que es o la trascendencia. La resolución a este problema del tercero o de la tercera concepción es la imagen de los problemas mismos y que sólo alcanza su resolución de manera asimétrica, a saber, del lado de una de las Filosofías que se confronta con una segunda y que en el proceso no está garantizado la respuesta ni la solución, que sólo sería posible si esta ya estuviera contenida o en la primera o en la tercera, y remitiría de nuevo a lo que es, dando una falsa ilusión de que se está haciendo Filosofía.
Visto así lo que se suscita son muchas rivalidades, enemistades y que no es el efecto más indeseable de la cuestión, porque es mucho peor la inclinación a resolver los problemas porque esto sólo es posible si remitimos una y otra vez al ser, a la trascendencia, de la que la razón común, la que he de compartir con los demás no parece capaz dar cuenta, sino es por vía mística, poética de la que aquí no nos ocupamos.