El sentido de la vida…
… bueno, por lo menos uno de ellos!
Hace unos días una persona muy querida, y muy cercana, quiso decirme algo que sentía usando el siguiente párrafo de la canción wind beneath my wings (aire bajo mis alas):
Did you ever know that you are my hero, (Has sabido alguna vez que tu eres mi héroe,)
and everything I would like to be?… (y todo aquello que me gustaría ser?…)
I could fly higher than an Eagle, (Puedo volar más alto que un águila)
‘cause you are the wind beneath my wings… (porque tú eres el aire bajo mis alas..)
Estas palabras me llegaron directamente al corazón. También me sorprendieron, porque nunca hubiera podido imaginar que esa persona sintiera eso, y además, me hicieron reflexionar sobre uno de los sentidos que le encuentro yo a la vida.
Y es que, si bien yo he podido ser el aire bajo sus alas en ciertos momentos de su vida, ella era la que volaba. De nada sirve ser aire si la otra persona cierra sus alas. Y así ella, abriendo sus alas y volando, se convertía en el aire, la motivación o el sentido que me permite volar a mi.
Las culturas indígenas del norte de América creían que los planetas, las estrellas, los animales, las plantas y los seres humanos son cada uno una hebra de vida y que, momento a momento, vamos tejiendo entre todos un gran tapiz donde cada uno pone su color, su aire y su vuelo.
Las palabras de esta canción y la intención con las que han sido compartidas me recuerdan que una de las partes más bonitas del tapiz es aquella en la que:
- nos paramos a reconocer y apreciar al resto de hebras del tapiz.
Muy a menudo suponemos que las personas que hay en nuestra vida saben cómo nos hacen sentir y el efecto que tienen en nosotros. Sin embargo, en la realidad, si nosotros no compartimos cómo una persona nos hace sentir o nos ayuda es casi seguro que la persona se quede sin saberlo.
Reconocer y apreciar el efecto que las personas a nuestro alrededor o incluso a larga distancia tienen en nosotros, es una forma de permitirles ver la parte del tapiz del que son responsables.
- o nos paramos a reconocer y apreciar nuestra parte del tapiz.
Cuando hacemos esto, la vida para mi tiene mucho más sentido.
Si te da vergüenza decirle a alguien lo bien que te hace sentir o lo mucho que te ayuda, ¡¡no te cortes!! Muy probablemente tu reconocimiento y apreciación le servirán bien.
Si crees que es de arrogantes y creídos reconocer o apreciar quién eres y lo que haces, recuerda que ver y apreciar quien eres no es más que ver y apreciar la hebra del tapiz del que formas parte.