El sentido más importante

Publicado el 15 mayo 2018 por Carlosgu82

Buenos días. He escogido este tema porque la mayoría de la gente no aprecia lo suficiente estos sentidos, como por ejemplo, la capacidad de poder escucharnos y vernos en estos momentos.  En principio, comenzaré explicando la percepción que recibimos mediante los 5 sentidos. A continuación, el favoritismo de los sentidos por las personas, seguido de varios ejemplos y situaciones con carencia de alguno de los sentidos y finalmente, resaltaré la importancia de cada uno de los sentidos que mencionaremos a continuación.

Como ya sabréis, los 5 sentidos (la vista, el oído, el olfato, el tacto y el gusto) son el mecanismo fisiológico de la percepción, la manera en la que el cerebro de un organismo interpreta los estímulos sensoriales que recibe a través de los sentidos para formar una impresión consciente de la realidad física de su entorno. Existen dos tipos de entorno: el entorno cercano y el entorno lejano. En el caso de la vista y el oído, se adaptan al entorno tanto lejano como cercano. En cambio, el gusto, el tacto y el olfato son sentidos diseñados para entornos cercanos.

DATO IMPORTANTE: falta de vista (ceguera) falta de olfato (anosmia) carencia de oído (sordera) y carencia de gusto (ageusia).

Sin duda, todos nosotros tenemos un sentido favorito, un sentido que no permitiríamos perderlo en ninguna ocasión con elección. El sentido con el que apoyarnos preferentemente para percibir la realidad. Perderíamos algún otro sentido antes que perder el que tanto apreciamos. ¿Pero de verdad creemos que unos sentidos son más importantes que otros? Por ejemplo, muchos de nosotros preferimos perder el sentido de oído antes que la vista, seríamos capaces de renunciar a la música, a los conciertos, a las exposiciones y a las conversaciones orales… pero, ¿de verdad seríamos capaces de vivir en un silencio absoluto con tal de mantener la capacidad de visualización, con tal de no vivir en la más completa oscuridad?

En una encuesta con más de 2540 votos el 86% eligió la vista como sentido más importante, un 8% el oído, un 3% de los votantes eligió el tacto, el 2% el gusto y por último un 1% el olfato.

Este orden de importancia es el más hallado entre las personas jóvenes. Consideran la vista el sentido más importante, seguido del oído, después el tacto, a continuación el gusto y por último el olfato. En otra encuesta a personas de más de 65 años el orden cambia:

La encuesta revela que el sentido más importante por personas de la tercera edad es el tacto y en tercera posición se encuentra la vista, después del oído. ¿Será porque ya han visto suficiente la vida y desean percibirla por medio de otro sentido? Definitivamente, no. Lo que ocurre es que en este periodo de tiempo, las personas mayores gracias a la experiencia han podido comprender que la belleza de la vida no se encuentra en lo que se ve, sino en lo que se siente, pero no por ello no les importaría perder la vista.

Recordamos que todos los sentidos tienen su importancia y con ello comenzaremos con el punto número 3, esclarecer varios ejemplos de pérdidas de algún sentido. De entre todos los sentidos, hay uno al que se le resta consideración, mucha más de la que debería.

Un fragmento del artículo “El sentido más olvidado” publicado en el periódico El Mundo el 5 de marzo de 2012 explica:

Se calcula que un 2% de la población padece pérdida de olfato, conocido como anosmia; unas 250.000 personas en España y hasta 14 millones en EEUU, como es el caso de Marta Tafalla, que padece anosmia de nacimiento.

“De niño no entiendes muchas de las cosas que oyes a los mayores, así que detectarlo fue un proceso muy lento. Yo veía, por ejemplo, que todos a mí alrededor disfrutaban mucho de la comida, pero para mí no era para tanto. Tampoco entendía cuando arrugaban la nariz y hablaban de que algo apestaba”, recuerda Marta.

Cuando tímidamente se atrevió a decir en alto lo que le pasaba se enfrentó a otra sensación común entre los anósmicos: la incredulidad.“El sistema sanitario no tiene ningún protocolo para detectar la anosmia”, replica.

Ser anósmico, es decir, carecer del sentido del olfato perjudica gravemente el sentido del gusto, ya que reduce un 82% del sabor

del alimento que se ingiere. Por otra parte, en casos muy extremos, sin el sentido del olfato no seríamos capaces de saber si hay riesgo de explosión debido a un escape de gas o si se está quemando algo hasta ver el humo o sentir fuerte calor y alertarse.

En el caso de falta de visión, muchos ciegos, valiéndose sólo de los oídos, pueden detectar obstáculos como muros o postes sin necesidad de tocarlos. Los murciélagos practican este sistema pero de forma mucho más desarrollada. Este sistema para detectar auditivamente a los objetos se llama ecolocación, es decir, localización por el eco. Gracias a la ecolocación, los murciélagos pueden saber qué cosas hay en su camino y pueden detectar hasta los insectos más pequeños. Es obvio que el hombre no posee esta habilidad auditiva; sin embargo, un ciego entrenado puede detectar muros, postes u otros obstáculos parecidos a más de tres metros de distancia. Para lograrlo, pueden producir ruidos o sonidos, ya sea golpeando los muslos con las manos, zapateando, o golpeando consecutivamente el bastón contra el suelo. Al igual que por medio del olfato los ciegos tienen acceso a un caudal de información incalculable. Por medio de este sentido perciben los diferentes olores que hay en el ambiente y pueden tener conocimiento de la existencia de muchos objetos o situaciones. Por ejemplo, según el olor que perciban a la distancia, pueden saber si pasan por una panadería, zapatería, tienda de ropa, etc. Con el olfato además es posible reconocer y distinguir alimentos, saber si un objeto es nuevo o viejo e incluso es posible identificar a las personas.

Con ello, llegamos al último punto, la importancia de cada uno de los sentidos. Entre ellos, según Saludemia, un centro de médicos especializados, la vista es el sentido que más usamos. Por él penetra la mayor parte de la información para el desarrollo de nuestra vida. El 80% de la información que percibimos diariamente entra a través de los ojos. La vista permite comunicarnos con el mundo exterior, apreciar los colores, las estructuras, los tamaños… La mayor parte de los movimientos, actividades y respuestas físicas y mentales  que realizamos a diario dependen directamente de este sentido.

Sentido del tacto ayuda a los seres, entre otras cosas, a obtener los primeros conocimientos sobre como son los objetos que nos rodean. Tocando y palpando los objetos adquirimos conciencia de ellos.

Los sentidos del gusto y del olfato han ayudado a los seres a catalogar los elementos que le pueden servir de alimento. Un objeto que está en putrefacción emite ciertas sustancias químicas que tenemos la capacidad de detectar y sabemos, sea por herencia genética o por aprendizaje que nos pueden dañar.

Respecto al sentido de la audición, bien es sabido que los movimientos de muchos objetos generan ondas en la atmosfera que conocemos como sonidos. Los seres han logrado desarrollar un órgano capaz de recibir este tipo de información: el oído. De este modo, sin ese órgano, no podríamos percibir lo que ocurre a nuestro alrededor o simplemente detrás nuestra si no nos damos la vuelta.

Como solución al poco reconocimiento que se les ofrece a los sentidos por parte de aquellos que los conservan os pedimos que os pongáis en la piel de algunas de las personas que no tienen tal privilegio como nosotros, que penséis por un momento cómo sería vuestra vida totalmente en silencio, o totalmente a oscuras, o una vida sin sentir que te tocan, sin sentir cuando acaricias tu pelo, imaginad una vida sin sentir el sabor de la comida, sin sentir el olor de las flores, sin sentir ese hormigueo cuando te soplan al oído, cuando te hacen cosquillas. Imaginad una vida sin sentir. Sólo nos quedaría pensar. Pensar en lo que podríamos sentir.

Y para finalizar a parte de recordaos de nuevo que todos los sentidos son importantes, os decimos que el sentido MÁS importante de todos, recomendado por la mayoría de médicos y psicólogos del mundo, aplicado en tratamientos para la superación de la pérdida de otros sentidos y que esconde un mundo de sonrisas detrás es… el sentido del humor. Muchas gracias.

El sentido del humor es el sentido más importante porque nos ayuda a encontrar soluciones adecuadas, activa nuestra área creativa y nos proporciona el equilibrio para la superación de los obstáculos. No obstante, nos ayuda a vivir con más intensidad, disfrutar de cada momento y encontrar el camino hacia nuestro bienestar. Y, además, es el único sentido que nos ayuda a conducir a través de la vida. En cambio, los 5 sentidos únicamente se limitan a percibirla.