Se ha impuesto un grave sesgo de realidad. No solo se trata de un filtrado extremo de la información, pues hay además una clara distorsión de los hechos históricos. Si observamos con más atención, vemos como los filósofos más conocidos y más divulgados son precisamente los que más influencia ejercen sobre el mundo actual, es decir, los que más sustento dan al mundialismo: Karl Marx, Nietzsche, Platón, Rousseau, Voltaire... En primer lugar se ha eliminado todo lo que no se consideraba conveniente (el material de al menos XV siglos de historia. Lo mismo ocurrió durante esos siglos respecto a los filósofos antiguos, de los cuales se recuperó cuanto se pudo en el Renacimiento); en segundo lugar todo lo que no se ha podido eliminar ha sido al menos ocultado, minimizado o tergiversado. Pasa lo contrario con todo lo favorable a la globalización; se han amplificado los hechos, se han exagerado, se han adornado, se han mitificado, se han impuesto, sin saber bien por qué, como los acontecimientos cruciales de la humanidad.Algo similar es fácil de percibir respecto a los libros. Cuando uno investiga acerca del mundialismo empieza a adquirir una curiosa tendencia por leer libros verdaderamente difíciles de conseguir. La mayoría de ellos, si hay suerte, solamente pueden encontrarse en versión original, por Internet y de segunda mano. Muchas de estas obras, como en el caso de "La Perspectiva Científica", están censuradas. ¡Y cuántos trabajos debe haber que ni siquiera conocemos, escondidos en algún cajón, sin publicarse!
Más evidente todavía es lo siguiente: el imperio más grande de la humanidad, según la historia oficial (la versión dominante proveniente de los medios de propaganda occidentales es que EE.UU no es un imperio; es una potencia mundial democrática), desapareció hace tan solo 67 años. Una cuarta parte de los habitantes del globo eran súbditos de la persona que lo dirigía oficialmente. Entonces, ¿Por qué prácticamente nadie sabe nada acerca de este imperio? ¿Por qué en cambio todo el mundo conoce a Hitler y el Imperio Romano? ¿Por qué miles de series, libros y filmes acerca de éstos últimos y no sobre el imperio más grande que haya existido jamás sobre la faz de la Tierra? Y de las pocas películas que se emiten por la televisión y en las salas de cine, ¿hay alguna en la que los personajes no sean mostrados como héroes? La élite que controlaba este imperio, la más poderosa de la historia, por necesidad ha de continuar con vida. ¿Qué ha sido de ella? Todo el mundo conoce a Julio César, a Alejandro Magno; ¿Por qué nadie sabe nada acerca de la élite del Imperio Británico?Si queremos avanzar en nuestro viaje y progresar en nuestra educación, como buscadores de la verdad, nosotros, los de no-retorno, debemos empezar a investigar y a estudiar tanto personajes como acontecimientos históricos prácticamente desconocidos, difíciles de encontrar incluso por Internet. Deben haberse perdido y se deben estar perdiendo maravillas del pensamiento humano e historias de gran valor a causa de la mundialización. Una vez conozcamos y saquemos provecho de lo que nos es permitido conocer por parte de los magistrados, debemos ir en busca del material perdido con tal de expandir los límites de nuestra mente, de ampliar nuestra sesgada visión del mundo.
Calbert