En el libro se establecía una analogía entre las vivencias de los primeros cristianos sobre todos los que por temas de la persecución tenían que utilizar el dibujo del pez, IXTHUS donde en este pequeño monograma se condensaba la frase : JESUCRISTO HIJO DE DIOS SALVADOR.
Este signo se garabateaba en las paredes, en la tierra , casi como una contraseña en unos tiempos donde incluso se llegaban a matar a los que procesaban la fe cristiana. Te habla de la historia de esos jóvenes que tuvieron que escribir el nombre para identificarse como cristianos que tuvieron que extender el evangelio casi como en tiempos de la segunda Guerra mundial cuando en determinados sectores se daban mensajes cifrados, claves y muchas cosas más de espionaje.
Hoy podemos contemplar el signo incluso en los coches, en la parte trasera de los automóviles, cuando tiempo atrás era andar fuera de la ley.
Para mi este libro es un tesoro por su antigüedad, por que lo he podido conservar a lo largo de mis años, donde la autora cristiana Ethel Barret nos cuenta los problemas de los jóvenes de entonces, de como los tuvieron que afrontar, de como se ayudaron entre ellos para poder luchar en contra incluso de un sistema.
Muchas veces en la represión es donde se denota el verdadero sentido de las cosas, en los tiempos actuales con las nuevas tecnologías, libertades, etc.. parece como si todo se desvanece pero recordemos que la historia por sí misma no es lineal si no circular, es decir que cualquier día de estos podríamos entrar en otra especie de represión donde quizás tendremos que volver a sacar nuestra emblemática clave, por lo que aprovechemos bien el tiempo y demos razón de la esperanza que hay en nosotros.