El silencio culpable de Lorna

Por Protestantes @periodistadigit

JOSÉ DE SEGOVIA

“El sentimiento de culpabilidad que experimenta la protagonista de El silencio de Lorna” –la última película de los hermanos Dardenne– es para sus autores “de un exotismo absoluto”, porque “la culpabilidad respecto a lo que nuestros actos provocan en los demás ya casi no existe”. La explicación para estos cineastas belgas está en que “para sentirse culpable hay que olvidarse de uno mismo durante unos instantes”. Algo que, según ellos, “sucede cada vez menos”.

Dos años después de ser premiada en el festival de Cannes como el mejor guión del año 2008, llega a nuestras pantallas la obra más compleja que han hecho los Dardenne desde que llegaron a convertirse en la gran esperanza del cine social europeo con La promesa en 1996. Estos veteranos documentalistas nos presentaban ya al mismo actor que todavía protagoniza sus películas –Jérémie Renier–, entonces un adolescente atrapado en un dilema irresoluble entre la moral y la familia. El padre desesperado que vende a su hijo en El niño (2005), para intentar luego recuperar al bebé en el mercado negro, es ahora un drogadicto al que elimina la mafia rusa, cuando trata de rehabilitarse.

Los Dardenne nos muestran una Europa desamparada, traumatizada y sin rumbo.

Puede leer aquí el artículo completo de este paeriodista y escritor, de fe protestante, titulado El silencio culpable de Lorna