En el silencio de la noche, te extraño más, al sentir la suave brisa que me abraza y me recuerda a ti, cuando con tus tersas manos acariciabas mi rostro, mientras juntos contemplábamos la grandeza del universo, al sentirte tan mía y yo tan tuyo, siendo de mundos tan distintos. Recuerdo que un día te dije, vivamos el momento, y con justa razón, ahora sólo quedan recuerdos y un corazón que no deja e latir, preguntando por ti.
Autor: Edwin Yanes
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