Silencio, susurro parado y quietoque recorre suave tu cuerpoy deja al aire sin alma, Diosde lejos, una luna y un reflejo.
El color se pierde a lo lejos,en el horizonte perdido y viejo,donde el sol ya no mira,ni lanza suspiros al viento,donde el sol ya no duda,tan sólo llora con el recuerdo.
Se marchitó triste tu belleza,en las ramas de mi tormento,se fue, ausente y traicionera,la ilusión que tenía dentro.
Y al irse el tren, las lágrimasmojaron mi último aliento,dejé la corriente partir sola,y el río me devolvió lamentos.
Todo pasa, despacio se va,adiós de un amor y el intentode volver a lo pasado, a soñarque desandamos aquel trecho.
Y el tiempo es soberano,todo lo roza con su mano,lo bello lo marchita,y lo marchito lo resucita.
Siempre estamos jugando a serdueños del destino, poderosos,y el tiempo, nos pone sin saber,en el lugar más doloroso;porque la partida que ganadacreemos, se vuelve al momento,perdición de la vida dada,añoranza por lo que hicimos,llanto por lo que deseamosy al final, no vimos cumplido.