Dedico esta reseña a la memoria de mi amigo Eduardo López López
"El Silmarillion" es una obra compuesta de escritos de Tolkien redactados desde su juventud hasta su ancianidad, es, realmente, una obra realizada a lo largo de más de cincuenta años. Los textos que recoge son, por tanto, de lo más heterogéneo, desde la poética cosmogonía del "Ainulindalë" hasta la tragedia de Túrin. La recopilación, ordenamiento y publicación de estos textos, que permanecieron inéditos en vida de su autor, la debemos a su hijo Christopher, quien nunca será suficientemente alabado por ello. "El Silmarillion" funcionó en vida de JRRT como una especie de telón de fondo, como el humus mítico del que las historias sí publicadas ("El Hobbit", "El Señor de los Anillos") se alimentaban.
Aunque son historias inventadas por un escritor concreto parecen realmente los mitos fundacionales de un mundo, creados por toda una serie de pueblos, tal es su fuerza. Gran parte de esa fuerza la obtiene la obra de sus personajes, algunos de ellos auténticos arquetipos. Aunque hay personajes también memorables -Thingol y Melian, Lúthien, Fingolfin, por supuesto el gran enemigo Morgoth- los principales personajes son tres, un elfo y dos hombres: Fëanor, Beren y Túrin.
En Fëanor está la hybris, el orgullo desmedido. En Beren está el amor, y la disposición a sacrificarse por amor. La historia de Túrin, por su parte, es la que más se parece a una tragedia griega de entre todas las que escribió Tolkien. Amo del destino por el destino dominado... eso lo dice todo.