El simbolismo solar

Publicado el 30 mayo 2015 por Habitalia
De una consideración filosófica profunda de los poderes y los principios del sol ha venido el concepto de la Trinidad cuando es entendido en el mundo hoy. El principio de una Divinidad de Trino no es peculiar a la teología cristiana o Mosaica, pero forma una parte visible del dogma de las mayores religiones tanto de tiempos antiguos como de modernos.

El sol, emisor de la Luz en la antigüedad se consideraba como supremo entre los cuerpos celestes visibles a los astrónomos del pasado, fue adjudicado a los más altos de dioses y se hizo simbólico de las autoridades supremas del Creador mismo-tras este sol físico o mejor dicho por encima de este sol físico hay otro Sol invisible, este Sol es el Sol Iniciático. .

Un dios solar representa al Sol o aspectos de él, como pueden ser los rayos solares. En la mitología de muchas culturas el Sol era un dios; fue venerado a lo largo de la Historia en muchas civilizaciones, como la egipcia, la incaica, la china, la griega o en religiones como la hinduista. Se considera que el culto al Sol pudo ser el origen del henoteísmo y, después, del monoteísmo.

En Egipto, el culto al Sol prevaleció durante siglos y se asoció su poder a muchos dioses, como Horus, Ra, Uadyet, Nut, Bast, Bat, y Menhit. A partir de la quinta dinastía los dioses locales se funden con Ra para crear divinidades sincréticas: Atum-Ra, Min-Ra o Amón-Ra.

· En la antigua Grecia se consideraba que era el dios Helios.

· La cultura inca, asentada en lo que hoy es el Perú, Bolivia, parte de Chile, Argentina y Ecuador tenía como deidad al Dios Sol llamado Inti. El Inca o emperador, era considerado hijo de Inti. Considerado por las dinastías incaicas como el Sumo Hacedor. Con la llegada de los españoles, y la religión católica en el siglo XVI, los súbditos del imperio inca dejaron de adorarlo. La esposa de Inti, Quilla, era la Luna, diosa de la mujer y de los quehaceres femeninos.

· La cultura azteca, asentada en el actual México tenía dos dioses soles. Uno era el Sol Rojo, o Tetzcalipoca Rojo y también estaba el Sol Blanco.

· En el Perú, se los llamaba Dios del Sol a los jefes de los Incas que, según ellos, eran el Sol y se dice en la leyenda de Manco Cápac y Mama Ocllo que ellos fueron enviados por su padre el Sol.

· En la simbología cristiana se identifica a Cristo con Helios y al círculo con la eternidad.

· El Sol y la Luna simbolizan el oro y la plata, rey y reina, alma y cuerpo.

· El Sol y la Luna en la crucifixión simbolizan las dos naturalezas de Cristo.

· El Sol es la morada del arcángel Miguel. La luna es la morada del arcángel Gabriel.

· El Sol es el Padre Universal. La Tierra simboliza la Madre Naturaleza y la fecundidad

El culto al sol en masonería: Los masones, al hacer acopio de los misterios de muchas culturas ancestrales, toman para sí los cultos solares de dichas culturas, que vieron en el sol y en sus ciclos la fuente de vida y los cambios de la naturaleza que hacían posible la agricultura y la subsistencia. Por ello la masonería celebra con gran relevancia los solsticios de invierno y de verano, además de asociarlos a ausencia y presencia de luz espiritual. De hecho, durante la Revolución en Francia fueron abolidas todas las manifestaciones religiosas, reemplazándolas por procesiones de culto solar para celebrar los solsticios.

Esto fue un retroceso de 10,000 años. Entonces los pueblos paganos atribuían toda la vida al sol que no es más que una cosa creada. Es de absoluto pecado a estas alturas continuar con estas adoraciones solares, pues desde Abraham sabemos que sólo Dios es fuente de vida, que el sol es instrumento de Dios para nuestra vida, pero no fuente de vida, pues es parte de la creación de Dios.

Siendo la Naturaleza el marco de acción del Masón y los fenómenos naturales, fuentes de estudio e inspiración, no podía estar la Orden ajena al fenómeno natural del aparente recorrido elíptico del Sol, destacando la coincidencia de que sus puntos más lejanos y distantes del Ecuador, coinciden con cambios naturales de las dos opuestas Estaciones, el Invierno y el Verano, simbolizados también por la dualidad, representados estos pares de opuestos, en el piso cuadriculado del Taller, el Blanco y el Negro.

La Logia que, en su amplio espectro simbólico, también, simboliza al Universo, con su piso terrenal y su techo simbólicamente abierto al espacio. El Venerable Maestro que ilumina simbólicamente con su sabiduría todo el Taller, representa al Sol en su nacer. El V\M\ Dirige la Logia desde su sitial en el Oriente, fuente de la Luz, al igual que el Sol qué comienza su esplendor desde el Oriente; el Primer Vig\ simboliza al Sol en su ocaso al Occidente y el Segundo Vig\ simboliza al Sol al Mediodía. Esta trascendencia del Sol en nuestros templos no es casual sino todo lo contrario, ya que el Sol ha sido durante toda la historia del hombre su compañero de ruta, pues desde los albores de la humanidad el ser humano ha percibido la importancia del objeto de mayor brillo y por ende el de mayor preponderancia en el cielo, y siempre le ha dado la máxima atención.

Evidentemente estos avances del conocimiento fueron precursores del desarrollo de otras áreas como la de medición del tiempo en periodos prolongados, con ello aparece la forma de medir el tiempo que hoy conocemos como años, que no es más que el periodo de tiempo que separa a dos solsticios de invierno consecutivos (o dos de verano), claro a su vez esto también requirió de un proceso evolutivo, ya que en un principio la medición de periodos de tiempo se hacía por meses lunares (hasta hoy en muchas culturas lo siguen haciendo), y el numero de diez o doce de ellos no coincidían con el año que conocemos hoy, ni con el ciclo de las estaciones, fueron los antiguos egipcios, los que desarrollaron un sistema de medición del año que se acercaba mas al ciclo de las estaciones ya que ellos tenían una gran dependencia de las crecidas del Rió Nilo, y estas coincidían con la época en que la estrella Sirio aparecía antes que el Sol al amanecer, con lo que desarrollaron un calendario de 365 días, que contrastaba con los existentes hasta entonces. Por su parte los romanos que poseían un calendario regido por sacerdotes, que eran electos, y muchas veces modificaban el calendario de acuerdo a su conveniencia, o por supersticiones, como la ocurrida con el mes de febrero al que le quitaron días por considerarlo de mala surte y de modo que se acabe más pronto. Finalmente Julio Cesar introdujo importantes modificaciones al calendario romano inspirado en el egipcio de 365 días, pero con correcciones ya más sofisticadas, a éste calendario se lo denominó Juliano, en honor a su impulsor. Pero aun aquí prevalecieron las antiguas tradiciones de los festejos solsticiales. .

El Sol es pues, representació n y símbolo, junto a los demás entes siderales de eventos, de ideas, de expresión, de los diversos fenómenos naturales que fueron asociados a la obra del G:. A:. D:. U:.

Es interesante también considerar un símbolo que parece peculiar de la Masonería anglosajona, o que al menos no se ha conservado sino en ella: es un círculo con un punto en el centro, comprendido entre dos tangentes paralelas; y estas tangentes se dice que representan a los dos San Juan. En efecto, el círculo es aquí la figura del ciclo anual, y su significación solar se hace, por otra parte, más manifiesta por la presencia del punto en el centro, pues la misma figura es a la vez el signo astrológico del sol; y las dos rectas paralelas son las tangentes a ese círculo en los dos puntos solsticiales, señalando así su carácter de "puntos límite", ya que estos puntos son, en efecto, como los límites que el sol no puede jamás sobrepasar en el curso de su marcha; y porque esas líneas corresponden así a los dos solsticios puede decirse también que representan por eso mismo a los dos San Juan.

Pero, en el símbolo que ahora consideramos, las dos tangentes, al contrario, están figuradas como verticales; hay, pues, en este caso especial, cierta modificación aportada al simbolismo general del ciclo anual, la que por lo demás se explica de modo bastante sencillo, pues es evidente que no ha podido producirse sino por una asimilación establecida entre esas dos paralelas y las dos columnas [masónicas]; éstas, que naturalmente no pueden ser sino verticales, tienen por lo demás, en virtud de su situación respectiva al norte y al mediodía, y al menos desde cierto punto de vista, una relación efectiva con el simbolismo solsticial. .

Está claro que el estudio de los solsticios, que se inicio como consecuencia de la necesidad de supervivencia, alentó luego la profundizació n del estudio de varias disciplinas del saber, que han ayudado a la humanidad a avanzar en la evolución del conocimiento. Creo personalmente que este hecho es más que suficiente para que la Orden le dé el destaque e importancia que tienen los solsticios.

Pl:. Bur:. por el A:.M:. ANTONIO LEONARDO ROCABADO RAIMONDEAU. Valle de Santa Cruz-BOLIVIA