JR Mora
El paro de larga duración ha crecido en España un 382% durante la crisis. En 2007 el número de personas que llevaban un año desocupadas era de 473.000 y a fecha de hoy esa cifra está cercana a los 2,3 millones. Ni que decir tiene lo gravemente que afecta este hecho al consumo privado y al crecimiento de una economía. Además la tasa del paro juvenil en España está por encima del 20%, el doble de la Unión Europea, y 900.000 en paro no tienen ningún tipo de formación para acceder a un empleo. Juventud secuestrada.
Mientras tanto nuestros líderes políticos juegan a las casitas. Unos van y otros vienen. Cambios en el gobierno, nuevos candidatos, viejas caras. La oposición se dedica a decir que tiene la solución a todos estos males pero que se la guardan, ya si eso, para cuando gobiernen. Ahora, o los votas o no te cuentan nada. ¿Aceptamos pulpo como animal de compañía? Pues eso…
Y mientras tanto solo escuchamos hablar de primas de riesgo y de posibles rescates sobre nuestro país. El miedo de los mercados pesa sobre la ciudadanía. El desgaste del sistema recorta los derechos sociales. Las comunidades y ayuntamientos están endeudados con los bancos a los que el Estado ha dado dinero para que no se hundiesen. Mientras tanto el ciudadano solo sabe que cada vez es más complicado llegar a fin de mes. Que cada vez es más complicado vivir.
Y en medio de esta vorágine las agencias de calificación y los amigos alemanes alimentando cada día que pasa estas especulaciones en el mercado. Hay mucho que agradecer en esta situación a la señora Merkel, esa con la que Rajoy y Zapatero buscan para la foto cuando están cerca de ella. Arrimándose a la usurera, a la secuestradora, a ver si se les pega algo. Puro síndrome de Estocolmo.