Las extensas jornadas diarias frente a su laptop, por motivos laborales y personales, provocaron en Diego (nombre protegido) recurrentes y fuertes dolores de cabeza y ojos, visión borrosa y otros malestares. Preocupado, el joven empresario asistió a consulta con una oftalmóloga y el diagnóstico lo sorprendió. Padecía astenopía, una condición provocada por la exposición prolongada frente a la pantalla de su dispositivo tecnológico.
“El paciente pasaba casi todo el día con su computadora. Tuvo una gran fatiga visual. Le recomendé aplicarse compresas de agua fría, lágrimas artificiales, alejamiento de la pantalla por una semana y el uso de lentes antirreflejos”, explica la oftalmóloga Ana Luna, quien atendió el caso en Guayaquil.
A la computadora se suma el uso frecuente de tabletas y celulares inteligentes para diversas actividades. Aunque en Ecuador no se reportan estadísticas de esta condición visual, causada por la excesiva exposición a las pantallas de equipos digitales, especialistas afirman que en esta era tecnológica, cada vez tienen más pacientes con el también llamado Síndrome del Computador. De 2012 a 2016 subió a 13,7 puntos el equipamiento de computadoras portátiles en hogares y a 0,3 las de escritorio; el año pasado la utilizó el 52,4% de la población de cinco años en adelante.
La tenencia de smartphones creció 15,2 puntos de 2015 a 2016 al pasar del 37,7% al 52,9% de personas de cinco años en adelante que tienen un celular activado, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC). Luna, oftalmóloga del Hospital del Niño Dr. Francisco de Icaza Bustamante, indica que entre los niños y adolescentes que atiende en ese sanatorio y los de todas las edades en su consulta privada, los adultos son más propensos, “especialmente empresarios, secretarias y profesionales que trabajan con ordenador”.
Daniel Valverde, especialista en Salud Pública y director clínico de una cadena de ópticas con 32 tiendas, señala que del 30% de pacientes pediátricos que acude a la consulta por deficiencia refractiva, más del 30% tiene agravada la sintomatología por el uso excesivo de equipos digitales, “ya que son adictos a la tecnología”. Luna explica que los seres humanos parpadeamos un promedio de 18 veces por minuto, pero cuando estamos frente a una pantalla la acción disminuye a la mitad y el ojo deja de lubricarse. “Esa demora produce fatiga visual”.
También puede generar sequedad de la córnea o una queratitis (inflamación), advierte Janeth Bustamante, oftalmóloga del Hospital Guayaquil. “Antes veíamos esto en pacientes de más de 45 años, ahora desde los 25 años. Pero los niños de hoy tendrán más problemas”. El optometrista Elvis Palacios explica que el síndrome afecta cuando el impacto de luz azul ingresa a los ojos de forma abusiva y directa llegando a la retina. Otros síntomas son: lagrimeo constante, conjuntivitis, falta de sueño.
En algunos casos hay agotamiento de la musculatura del ojo. Valverde, doctor en optometría y con una subespecialidad en retina médica, afirma que el uso excesivo de dispositivos digitales electrónicos causa la astenopía, porque las frecuencias de onda que emiten los equipos generan mayor esfuerzo en el proceso acomodativo del ojo en el cristalino. “Muchos pacientes terminan con algún grado de miopía, a tal grado que investigaciones mundiales indican que en este decenio esa patología se constituirá como epidemia, debido al uso excesivo de dispositivos electrónicos”.
Luna considera que la hipermetropía y el astigmatismo, generadas en pacientes con antecedentes familiares, pueden complicarse con la exposición permanente a pantallas. Según Valverde, la luz azul de los dispositivos causa graves lesiones en la retina y agrava patologías, como la degeneración macular asociada con la edad. “Si no se trata a tiempo la afección, produce ceguera irreversible en las personas”, expresa el director latinoamericano de Optometristas Sirviendo a la Humanidad. (I)