Han dejado las arcas públicas sin un euro y con las listas electorales llenas de delincuentes, a los que un Estado de Derecho ya habría puesto a disposición judicial, pero a los que el sanchismo beneficia y mima.
Los delincuentes roban viviendas y se quedan con ellas. Los inquilinos que no pagan la renta permanecen en sus viviendas, protegidos por los políticos de izquierda y en las calles hay ladrones y violadores que están libres a pesar de sus decenas de delitos.
Este es el país que nos dejan, intervenido por la enorme deuda, producto del despilfarro y el saqueo, sabedores que en este Estado llamado "de derecho" los políticos gozan de elevada impunidad y no tienen que rendir cuentas ante nadie. Tapan bocas y llenan plazas de toros repartiendo cargos públicos y otorgando subvenciones y poniendo a disposición de la masa votante todo tipo de prebendas, que no son otra cosa que la compra fraudulenta del voto.
El sectarismo ideológico ha sido capaz de adoctrinar a cientos de miles de españoles que han quedado tan ciegos que no ven el destrozo causado por estos corruptos que han copado las instituciones y han dilapidado los recursos públicos.
La educación ha sido sustituida por el adoctrinamiento y el ciudadano ha quedado excluido de las decisiones políticas y relegado al hecho de tener que votar cada cuatro años para justificar que vivimos en una democracia.
Lo único bueno de la fuga de los jóvenes es que en el extranjero comprenderán que son victimas del poder de las sectas de la izquierda y que algún día serán conscientes de la bajeza de los que gobiernan España y de la estafa que han padecido en su patria.
El sanchismo ha perpetrado un saqueo sistemático de las arcas públicas, condenando a una generación entera a la emigración forzada, como en la postguerra, mientras protege a delincuentes en sus listas y compra votos con prebendas ideológicas. Con una deuda asfixiante que somete al país, han reemplazado la educación por adoctrinamiento sectario y reducido la democracia a un ritual cuatrienal, excluyendo al ciudadano de toda decisión real.
Pero la diáspora juvenil, al despertar en el extranjero a la estafa de estas mafias izquierdistas, regresará para votar masivamente a la ultraderecha y erradicar de raíz esta pesadilla corrupta. Los que resistimos aquí lucharemos sin descanso hasta que esto acabe.
Francisco Rubiales