Quiero dedicar esta poesía a nuestra querida amiga Rosa que ya marchó a descansar. Gracias, Rosa, por existir, por luchar, por sonreir… Con tu aroma me quedo.
EL SOL, LA ROSA Y EL NIÑO
El sol, la rosa y el niño
flores de un día nacieron.
Los de cada día son
soles, flores, niños nuevos.
Mañana no seré yo:
otro será el verdadero.
Y no seré más allá
de quien quiera su recuerdo.
Flor de un día es lo más grande
al pie de lo más pequeño.
Flor de la luz del relámpago,
y flor del instante el tiempo.
Entre las flores te fuiste.
Entre las flores me quedo.