El sol es indispensable para nuesta salud, como el agua o el aire. Desde luego que hay que tener cuidado con la exposición excesiva en horas y días determinados porque nos puede perjudicar, pero ahora toca hablar de sus beneficios que son muchos. El sol es un elemento esencial para la vida en la Tierra y los seres humanos no somos ajenos a sus efectos.
El sol es positivo para nuestro cuerpo, ya que los rayos ultravioleta en el organismo nos ayudan a sintetizar la vitamina D, imprescindible para el proceso de absorción del calcio, lo que permite fortalecer los huesos y sirve de reserva en los meses de menor radiación solar. La exposición moderada al sol durante el verano puede contribuir a mejorar nuestra salud cardiovascular y aumentar las defensas del sistema inmunológico.
Los rayos ultravioleta además aumentan la producción de un neurotransmisor relacionado con la sensación de bienestar, la serotonina, que también interviene en la regulación del sueño, la temperatura del cuerpo y la conducta sexual. Dependiendo de la época del año, nuestro estado de ánimo y nuestra actitud varían, por lo que la influencia que la exposición solar tiene sobre las hormonas nos hace encontrarnos mucho mejor durante el verano.
Cuando sale el sol influye positivamente en nuestro ánimo, aumenta nuestra energía y nuestro optimismo y recuperamos la actividad (andar, nadar, etc.), la alimentación es más ligera y equilibrada, bebemos más agua…, en definitiva nos impulsa a llevar hábitos de vida más saludables.
Nunca está de más aprovechar las salidas al aire libre para gozar de la agradable sensación de bañarse al sol, abrir nuestros ojos a la luz natural, quedar con amigos, hacer ejercicio, ir a la playa o a la piscina y dejar que nuestro cuerpo se vea revitalizado por el sol.
Aunque no nos debemos olvidar de sus efectos negativos. La exposición solar inadecuada produce trastornos que pueden manifestarse a medio o largo plazo. Por ello es conveniente tomar ciertas precauciones:
- Evita la exposición el sol durante las horas más calurosas del día.
- Aunque estés en el agua es necesario utilizar protección solar.
- Protégete aunque esté nublado o estés a la sombra.
- Utiliza regularmente una protección solar adecuada para tu tipo de piel.
- Aumenta la ingesta de líquidos adecuados para asegurarte la rehidratación.
El sol nos da energía, alimenta a la naturaleza, nos aporta alegría y es gratis
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