No es el único cuadro en el que Hopper ha representado la soledad, sobrevuela en el conjunto de buena parte de su obra, pero posiblemente éste sea el más representativo o conocido. La protagonista de El sonido de un tren en la noche es admiradora de Hopper y visita en varias ocasiones el museo de Chicago para admirar su obra y sumergirse en ese cuadro.
El sonido de un tren en la noche es una novela sobre la soledad, pero que transmite esperanza, fuerza, valentía, amor y amistad. Una historia de misterio sobre las huidas como una demostración de valentía.
En un instante la vida puede darnos un giro de ciento ochenta gratos. Incluso de trescientos sesenta grados, cuando nuestros pilares, nuestra estabilidad, se desmoronan de tal manera que la vida vuelve a ponernos en el punto de partida pero con unos planes totalmente distintos. A veces sin planes. Y toca resurgir. Sobrevivir. Reinventarse. Huir para encontrarse. Escapar para demostrar que somos valientes. De eso trata la novela de Laura Riñón Sirera.
Inicié su lectura sin saber qué iba a encontrarme. Ni siquiera leí la sinopsis. Me empujaba solamente el deseo de visitar (ya desde hace tiempo) la librería que regenta su autora en Madrid y que lleva el nombre de su anterior novela, Amapolas en octubre. Las circunstancias que vivimos no me han permitido ese viaje planeado y ésta ha sido la manera más inmediata que he encontrado de calmar mis ganas.
Así me adentré en El sonido de un tren en la noche. Sin referencia alguna, únicamente con el misterio de no saber qué historia iba a encontrarme, y así sugiero que deben hacerlo sus nuevos lectores. Porque de ese modo, y para ello, está escrita. Para ser descubierta poco a poco. Capítulo a capítulo. Una novela escrita de manera que para descubrir, para comprender, hay que seguir leyendo.
Laura Riñón Sirera ha escrito una novela estructuralmente perfecta. Intercalar el presente y el pasado en una historia (casi) siempre funciona (si está bien construida). Imprime más misterio y aumenta la curiosidad del lector. Habitualmente en este tipo de estructuras el lector intuye desde el inicio el presente y el pasado de la misma historia de un personaje. Pero Riñón Sirera logra al inicio que parezcan historias paralelas de dos personajes, contadas utilizando personas gramaticales y tiempos verbales distintos.
Y con esto ya les he desvelado más de lo que pretendía para que sientan la curiosidad de sumergirse en esta historia con el misterio con el que yo lo hice y tan buen resultado me ha dado.
El sonido de un tren en la noche está escrita con una sencillez y una sutileza que llega a transmitir mucho más de lo que cuentan sus palabras. Una manera de escribir que muy pocos autores logran. Desde la sencillez llegar a la esencia, a la emoción. Si tengo que pensar en un ejemplo me viene a la cabeza Nosotros en la noche de Kent Haruf. Y eso es mucho decir.
«-El sonido de un tren en la noche -suspiró Dolly.
-¿Cómo dices?
-Es uno de mis momentos favoritos. Cada vez que escucho el sonido de un tren la noche, regreso a mi niñez -me miró dubitativa- lo que no deja de ser extraño, porque entonces no pasaban trenes cerca de Hats. Pero ahora, cada vez que lo escucho, algo se me encoge por dentro, y me entran unas increíbles ganas de llorar y de reír… »
Así es esta novela. Una historia que nos encogerá el corazón pero que también nos dibujará una sonrisa. EL SONIDO DE UN TREN EN LA NOCHELaura Riñón Sirera
Tres Hermanas, 2020288 Págs.