Una maravilla geológica en la península ibérica. No cuenta con pinturas rupestres en su interior, pero la considerada como catedral de la espeleología es única en su especie. La cueva cántara de El Soplao es, además de uno de los tesoros subterráneos de nuestro planeta Tierra, una cavidad natural con un currículum histórico digno de ser conocido, descubierto a finales del siglo XIX debido a la explotación de las minas de La Florida. Miles de años transcurridos la han dotado de personalidad: su formación data del Mesozoico, hace unos 240 millones de años.
Emplazada en la Sierra de Arnero, entre los municipios de Herrerías, Valdáliga y Rionansa, El Soplao emerge de la naturaleza más prehistórica como una maravilla geológica con grandes superficies tapizadas de aragonitos, helictitas, pisolitas gours, estalactitas, estalagmitas y excéntricas, que originan un espectáculo sin igual de luces y sombras, colores, sensaciones y olores para el viajero que la visita.
Espeleotemas en la cueva de El Soplao./20 minutos
Por supuesto, la mano del hombre ha intervenido en el desarrollo orográfico de cueva a lo largo de los siglos con la intención de aprovechar su riqueza minera. No es la más grande de las más de 6.000 grutas localizadas en toda la provincia de Cantabria, pero sus características y la maravilla que lucen sus formaciones geológicas la hacen exclusiva.
El Soplao dispone de una pasarela expositiva abierta al viajero, para que disfrute. En su interior, el visitante puede descubrir 1.500 metros de cueva, en las galerías La Gorda y Los Fantasmas. Se accede a la cueva a través de un tren minero que conduce a la primera galería y donde se pueden admirar sus impresionantes techos, repletos de helictitas de calcita. Por su parte, Los Fantasmas, de más de 300 metros de recorrido, ofrece grandes estalagmitas blancas a modo de típicos fantasmas.
Helictitas de calcita en las bóvedas de la cueva./María Jesús Tomé
Llega la hora de los valientes. Un segundo itinerario de aventura se pone a disposición del viajero más avezado. Se proyecta a lo largo de tres kilómetros en el interior de la cueva. Con una duración aproximada de dos horas y media, el trayecto espeleológico se realiza en grupos de hasta 20 personas ataviadas de botas, mono, casco, luz y ropa de abrigo para soportar temperaturas que llegan hasta los 10 grados.
La actividad minera también ha dejado su huella en El Soplao. Castilletes, hornos de calcinación, lavaderos o talleres forman parte de la historia de esta cueva que se orientaron a la extracción de blenda y galena para obtener zinc y plomo, respectivamente.
Acceso a la cueva de El Soplao./Frobles
También merece la pena del visitante disfrutar del yacimiento de ámbar de la cueva. En algunas rocas de El Soplao han quedado plasmadas escenas de la vida primitiva en forma de fósiles. Insectos que permanecen incólumes en resinas de plantas extintas que vivieron millones de años atrás.
Para los viajeros interesados en disponer de una mayor información, disponen de una página web (www.elsoplao.es) y de un teléfono (902820282)
Los amantes de la aventura, el riesgo y la historia tienen una cita con El Soplao. La cueva, situada a 60 kilómetros de Torrelavega y a 83 km de Santander, se ubica cerca de localidades como Comillas o Santillana del Mar, dotadas también de una interesante historia que han merecido la atención viajera de Lugares con historia. Este vídeo es solo un aperitivo de esta maravilla oculta:
Dónde dormir: Hotel rural La Casona del Nansa; Puente el Arrudo s/n; 39553 Herrerías (Cantabria); teléfono: 942727685; www.casonadelnansa.com.
Dónde comer: Restaurante Casa Cofiño; Caviedes, s/n; 39593; Valdáliga (Cantabria); teléfono: 942708046.