Comedia ligera a ratos, con ciertos toques de thriller de espionaje y juicios.
Una película que se queda a medio camino de todo: no es una comedia hilarante, y tampoco es un intenso thriller de juicios y espionajes, por lo tanto, ¿qué es?, pues una película en la que Matt Damon demuestra sus grandes dotes para la interpretación, en un ambiente cómodo, y desarrollando una historia, que depende de como se mire, puede llegar a aburrir, o a interesarte del todo.
La trama, esta basado en un hecho real, acontecido en los principios de los noventa, que es donde se ambienta también la historia. Damon, es un ejecutivo de una empresa de maíz, y empieza a colaborar con el FBI,
Damon construye un tipo despistado, y muy torpe, casi se podría decir tonto, pero no llega a caer en ese toque de caricatura, cosa que se agradece. Por el personaje, sentimos una simpatía total a lo largo de casi toda la película (cuando la veáis al completo, comprenderéis lo de "casi"), y te hace pensar en como ha llegado hasta donde ha llegado un tipo como este. Este dato, es el que pone el énfasis de cine de denuncia a la película, pues deja ver claramente, en manos de que clase de ineptos puede estar una gran multinacional, así como de fácil (aunque esto último no me lo creo mucho) es el espionaje empresarial, y a la vez que tosco.
El resto de actores, esta correcto, pero ninguno le hace sombra a un Matt Damon en estado de gracia.
La peli, tiene buenos momentos de comedia, sobretodo en los que Damon anda espiando con su torpeza, pero nunca llega a destacar en este aspecto. En lo que si destaca, es en una buena construcción de diálogos.
Su director Steven Soderbergh, quizá debería haber arreglado el metraje un poco, y no embarullar tanto el argumento, pues a veces puede resultar complicado seguir la trama, sino se esta muy atento.
En definitiva, una película para pasar un buen rato, pero que puede quedar facilmente olvidado, para desgracia de Damon, y los kilos de más que tuvo que engordar para ajustarse al personaje.