Hoy, día 19 de julio, el PP presentará nuevamente, en el Parlamento de Andalucía, una iniciativa para suprimir al 99,9% el impuesto de Sucesiones y Donaciones. El Sr. Marín, líder de Ciudadanos, ha prometido que, de producirse esa votación, su partido votará por la supresión de ese impuesto injusto y confiscatorio, pero los votos del PP y Ciudadanos no serán suficientes para neutralizar los de la izquierda en pleno, representada por el PSOE y Podemos.
Hoy asistiremos a una de las peores muestras del envilecimiento político, al contemplar como los diputados votan en contra de la voluntad popular y a favor de mantener un tributo que hasta los mismos socialistas ya consideran deslegitimado, no sólo porque es rechazado en las calles y en la opinión pública, sino porque vulnera claramente la Constitución, representa una ilegítima doble imposición, confisca bienes, burla la voluntad de los muertos, causa inmenso dolor e injusticia y está provocando en la economía andaluza ruina de empresas, pérdida de puestos de trabajo, fugas de familias a otras autonomías fiscalmente menos codiciosas e impidiendo que miles de técnicos y profesionales de éxito se establezcan en tierras andaluzas por miedo a morir aquí y permitir que la "Unta" arruine a sus familias.
El voto del PSOE y de Podemos llenará hoy de vergüenza a esos partidos porque no podrán votar, como en anteriores ocasiones, de manera oscura y sin la atención popular puesta en la Cámara. Muchos andaluces estarán hoy pendientes del voto y serán testigos de la vileza de una política en la que colisionan claramente los intereses del pueblo con los de un grupo de políticos cargados de privilegios y divorciados de los sentimientos y anhelos populares.
Para Susana Díaz, su pertinaz y soberbio mantenimiento de ese impuesto injusto significa desgaste, pérdida de votos y debilidad frente a los partidarios de Pedro Sánchez, conscientes de que la líder andaluza se está desangrando por su decisión de mantener un impuesto a todas luces injusto, cruel y dañino para la economía, que hace posible la brutalidad anticonstitucional de que heredar en Andalucía represente pagar cien veces más que en Madrid y mil veces más que en Canarias, todo un desgarro del derecho constitucional de los españoles a la igualdad.
La votación tendrá lugar en torno a las 17.00 horas y constituirá un espectáculo tan rastrero y sucio que quizás represente el principio del fin de la hegemonía socialista sobre la tierra Andaluza, a la que ha mantenido en el atraso y en la cola del progreso Europeo durante las casi cuatro décadas que lleva gobernando ininterrumpidamente.
Francisco Rubiales