El sueño de las Antillas (Carmen Santos)

Publicado el 25 abril 2013 por Montse @almaprendida
Datos técnicosTítulo: El sueño de las AntillasAutor: Carmen SantosEditorial: GrijalboPrimera edición: Abril de 2.013
SinopsisEn la Habana del siglo XIX, una mujer decide tomar las riendas de su vida y forjarse su propio destino.
1858. Cuando Valentina zarpó desde España hacia la colonia de Cuba en pasaje de tercera clase, tenía un joven marido a su lado y el corazón repleto de ilusiones. A su llegada a la isla, sin embargo, sus sueños se resquebrajan: su esposo ha muerto durante la agotadora travesía y el lugar, de pronto, se revela como un entorno hostil.
Solo Tomás Mendoza, un atractivo médico que viajaba en el mismo barco que ella, intenta ayudarla proponiéndole matrimonio. Pero Valentina le rechaza por orgullo, pues no está dispuesta a inspirar lástima, aunque eso signifique tener que vender su cuerpo en un refinado prostíbulo caribeño. Lo que no sospecha es que hay hombres que no se conforman con unas horas de lujuria comprada y que algunos, como el rico y apuesto Leopoldo Bazán, bajo sus caballerosas formas esconden la más abyecta crueldad.
AutorCarmen Santos (Valencia, 1958) vivió parte de su infancia y adolescencia en Alemania antes de regresar a España en 1974.
Ha publicado tres novelas hasta el momento: La vida en cuarto menguante (2.003), La cara oculta de la luna (2.004) y Días de menta y canela (2.007) con gran éxito de crítica y lectores.
En la actualidad, Carmen Santos reside en Zaragoza y se dedica exclusivamente a la literatura.
ArgumentoEl joven matrimonio compuesto por Valentina y Gervasio zarpa en un barco hacia Cuba para cumplir la ilusión del marido: hacerse rico allí.Pero durante la travesía, y a solo dos días de llegar a la isla, fallece, por lo que los sueños de felicidad que compartían se desvanecen.El doctor Tomás Mendoza, que atendió a Gervasio durante su enfermedad y que se enamoró de ella durante el viaje, le propone matrimonio. Pero Valentina piensa que es por compasión y lo rechaza. ¿Cómo iba a salir adelante en esa tierra extraña una mujer sola y sin dinero?.
  • Y a todos preguntaba Gervasio si sabían de dónde partían los navíos hacia la tierra con la que soñaba desde antes de que él y Valentina se conocieran, siendo casi unos niños, en el palacio de los marqueses de Tormes, a los que ambos servían. La tierra de promisión donde crecía el azúcar cristalino con el que los amos endulzaban el café, donde el invierno jamás asomaba su cruda faz y donde un hombre cabal podía enriquecerse en pocos años para regresar a España hecho un caballero de los que cubrían su cabeza con sombrero y balanceaban un elegante bastón al caminar.
  • No le hacía falta mirar al hombre demacrado y sudoroso que ya ni luchaba por retener la vida para poseer la certeza de que el joven apuesto al que aprendió a amar en la oscura cuadra de los marqueses de Tormes no iba a conocer la isla de sus sueños.
  • Eran extrañas las costumbres en esa isla, prosiguió el joven, y los criollos no siempre miraban con benevolencia a los recién llegados de España. A los altos funcionarios de la colonia se los consideraba sanguijuelas que chupaban la sangre criolla con sus impuestos, y para los cubanos los que desembarcaban de los bergantines arribados de ultramar sólo eran desharrapados con los que era mejor no mezclarse. La vida resultaba difícil en Cuba, rubricó Satrústegui, los sueños de fortuna se desvanecían muy pronto.
  • La dueña advirtió enseguida que se hallaba ante un problema muy grave. Leopoldo Bazán y Urrutia pertenecía a una de las familias más ricas e influyentes de La Habana, de la que incluso se rumoreaba que estaba emparentada con la de los Aldama. De ninguna manera le convenía indisponerse con él, pero esa noche no podía cederle a Valentina; también el duque de Pozohondo poseía una inmensa fortuna, se movía como pez en el agua en las esferas del poder e incluso era amigo íntimo del capitán general Serrano. Además, su mal carácter era legendario, por lo que las consecuencias de una mala decisión podían ser espantosas para el negocio.

Opinión personalLlevaba una mala racha en cuanto a lecturas, que se rompió con Tengo que matarte otra vez, pero que continuó, como habéis visto en el blog. Y un día tropecé, por casualidad, con un artículo en el que hablaban muy bien sobre este libro y pensé "¿Por qué no?, ¿Qué puedes perder?. Menos mal que hice caso a mi intuición, porque El sueño de las Antillas va a ser, seguro, una de mis mejores novelas del año (y eso que el primer trimestre ha sido muy bueno en cuanto a elecciones).Me ha resultado muy difícil clasificar esta novela, porque tiene algo de cada género: historia, amor, venganzas, erotismo y sensualidad, y como lo de histórica no me terminaba de llenar, me he decidido por narrativa española, que creo que puede englobarlos a todos. Porque me niego a darle al landscape la categoría de género, aunque lo utilice en la etiqueta.Como todos sabéis, me vuelven locas las sagas  (aunque esta obra no pueda ser considerada como tal en el sentido más amplio del término) y, sobre todo, las venganzas. Me convertí en una lectora compulsiva cuando leí El Conde de Montecristo y desde entonces, que ya ha llovido, no hay nada que me guste más en una historia que aparezca este tema y un malo malísimo de esos que asesinarías en cuánto aparecen, pero que sin él la obra se desmoronaría.Ambientada en La Habana durante un período que abarca veinte años, desde 1.858 hasta 1.878, la novela está estructurada en seis libros titulados (Una isla en los confines del mundo, La isla de Calipso, La voz de los cauríes, El manantial de Galatea, El fulgor del oro dulce y Las cenizas del infierno), que se subdividen a su vez en ciento un capítulos.Escrita en tercera persona por un narrador cuasi-omnisciente, siguiendo un orden cronológico lineal, con una prosa exquisita y muy cuidada, la trama está muy bien hilvanada, con un ritmo que va agilizándose y aumentando en intensidad conforme vamos avanzando en su lectura.Los personajes están perfectamente caracterizados, tanto a nivel físico como psicológico, convirtiéndose en auténticos retratos. Son poliédricos, con una evolución muy marcada a lo largo de la novela y nunca sabemos cuál será su reacción ante un hecho determinado. Son, sin duda, lo mejor de la obra.
Es casi una novela coral, en la que todos estos personajes son casi tan importantes como la historia que nos están contando; aunque no me ha gustado que Carmen Santos me haya dejado sin información de Leopoldo durante los años que estuvo en París.
Valentina, un recién casada que marcha a Cuba junto a su esposo y que queda viuda durante la travesía; su vida en el burdel y todas las vicisitudes que le suceden durante esos veinte años irán conformando su carácter, que pasa de ser el de una pusilánime a transformarse en el una mujer de armas tomar. Tomás Mendoza, el médico, enamorado de Valentina desde que la conoció, es un hombre de honor; algunos de sus actos no los he entendido, pero junto con madame Selene es el personaje con el que más he empatizado.  Madame Selene, la dueña del burdel, que trata a Valentina como si fuese su hija; es todo lo contrario a lo que estamos acostumbrados en alguien que dirige un prostíbulo y me ha encantado su dominio de la mitología clásica. Leopoldo Bazán, el antagonista, un ser vil, odioso y despreciable, que cree que todo se puede comprar con dinero.
Además, la autora alude a algunos personajes históricos, como Lincoln (durante este período se desarrolla la Guerra de Secesión americana), Miguel Aldama, líder de los reformistas; el poeta José Martí o Carlos Manuel de Céspedes, en cuya finca comenzó la Guerra de los Diez Años con el famoso  "Grito de Yara".Los escenarios y ambientes maravillosamente logrados, con unas descripciones muy detalladas, y gracias a ellas podemos visualizar perfectamente todo: la travesía en el barco, la vida en un burdel de lujo, la situación de los esclavos y la lucha de algunos por la abolición de su esclavitud, sus costumbres y su religión, el comercio del azúcar, las diferencias entre criollos y españoles, el momento histórico que se vivía en la isla y las tres posturas políticas existentes entre sus habitantes (los reformistas, los que preferían la anexión a Estados Unidos y los independentistas; en este aspecto, hay que destacar la gran labor documental realizada por la autora y, sobre todo, que no nos haya sobrecargado con datos y más datos, lo que habría convertido posiblemente la novela en tediosa), la Guerra Grande (que fue la primera guerra de la independencia contra las tropas españolas), el contraste entre el puritanismo español y la sensualidad de las cubanas, las fiestas (que la autora aprovecha para ponernos al corriente de las modas imperantes en el vestuario, tanto masculino como femenino)...El desenlace, aunque esperado, tiene un giro argumental que lo convierte en sorprendente.Resumiendo, que dice el Maestro: un NOVELÓN, como las grandes obras del siglo XIX, y no solamente por sus 752 páginas, lleno de pasiones, amores, venganzas, aventuras, historia... no le falta nada para ser perfecta.
Valoración: 10
Leído el 19 de Abril de 2.013

Montse Martín