Ha habido colas infinitas y gente que se ha quedado sin la firma del Nobel, porque a las 14:00h se cerraba la jaima en la que el autor de 'El sueño del celta' se encontrara con sus lectores.
Y es que el escritor peruano goza de una legión de seguidores, que le tratan como si fuera una leyenda o una estrella de rock. Hasta que ha llegado a la citada jaima instalada a mitad del paseo de coches del Retiro, la gente le ha ido parando para saludarle y hacerse con él una foto de móvil, una variante en la feria que es constante: los lectores ya no se conforman con una firma, todos quieren tener una foto.
Durante más de tres horas, Vargas Llosa ha ido estampando su dedicatoria, siempre educado y muy cariñoso, a gente de todas las edades. La primera, a un joven de 17 años que llevaba desde las siete de la mañana esperándole con tres libros. "Es una experiencia magnífica. Se me ha cansado la mano de tanto firmar. Estoy muy agradecido. Tengo muy buenos lectores madrileños", ha señalado el autor ante una multitud que apenas le dejaba andar.
Fuente:
- "Mario Vargas Llosa, un vendaval en la Feria del Libro".