Rollerball es un clásico de la Ciencia Ficción. Tiene sus detractores pues es una peli mediocre pero su historia es notable. A Rollerball le perjudica hoy su estilo rancio, el que su historia de amor sea impostada y no esté bien integrada en la historia, su mezcla de deporte y política, su apuesta por la sutilidad, imagino que por comercialidad más que por motivos intelectuales o morales, y esos momentos en que coquetea con lo absurdo. Esto explica el que haya una minoría que la ponga mal, pero está claro que esta es incapaz de ver que por encima de esos defectos es una historia magistral. Rollerball no es una bobada setentera de Ciencia Ficción del calibre de La fuga de Logan como superficialmente parece.
En las últimas elecciones estadounidenses se vio que los diferentes candidatos fueron votados por sectores sociales diferentes. Es decir, ninguno fue votado por toda la sociedad estadounidense. Al republicano le votaron los hombres blancos y a Obama los demás, las mujeres, los jóvenes y las minorías. Al 1º le votaron el sector históricamente dominante en EE.UU. y al 2º los perjudicados por este. Los hombres blancos estadounidenses continúan la mentalidad machista-paternalista decimonónica, la que alumbró el imperialismo y el capitalismo feroz que acabó creando el socialismo como forma de defensa ante la explotación descarnada. Esta mentalidad considera que el único ser humano maduro es el hombre rico y por ello ha de ser el que gobierne, pero de forma bondadosa, como un padre (decimonónico) ilustrado, "para el" pueblo pero sin el pueblo, pues todos los demás son como críos, no pueden tomar decisiones y por ello sólo son aptos para servir: las mujeres en las cocinas, los blancos en las fábricas y los colonizados extrayendo materias primas. Rollerball lleva a la pantalla el sueño de esa mentalidad. Un mundo dirigido por una élite incontestada compuesta mayoritariamente por hombres blancos y organizada por el principio gerontocrático y protegida por el secretismo que hace y deshace a su antojo sin tener que justificar ninguna de sus decisiones. Una especie de régimen feudalista duro (no hay rey ni burguesía, sólo aristocracia) pues como muy bien ha dicho alguien esa élite, los ejecutivos, tienen derecho de pernada. Otras cosas que lo evidencian son las reglas del vestir, traje gris y corbata sólo para ejecutivos, y que tienen privilegios, que pueden ser concedidos a inferiores como recompensa, como asientos preferentes (y alejados y separados de la masa) en los estadios. Este mundo está dirigido por el Directorio Ejecutivo, compuesto por 6 personas, 4 blancos, 5 hombres, todos mayores, de la empresa planetaria que ha sustituido a las naciones (mejor que destruido pues tiene himno, el que no tenga letra debe parecer perverso a los estadounidenses) que otorga todo menos la Libertad, demostrando que el comunismo es el futuro del capitalismo (fracasó, por tanto, por adelantarse demasiado a su tiempo), que domina mediante la manipulación, la homogeneización y una organización estamental (sólo deciden los ejecutivos). La distopía de Rollerball es por tanto el sueño húmedo del empresario capitalista tradicional: un mundo piramidal en el que él está en la cúspide y todo lo demás está sometido a su capricho porque es sabio, correcto y globalmente beneficioso.
La peli lleva a la pantalla este sueño de los ejecutivos porque pretende advertir sobre él. Los 70, cuando se rodó, fueron un momento de grave crisis. Durante su transcurso murió un mundo viejo y nació uno nuevo. El nuestro, el que está desapareciendo con esta crisis. Este traía cosas que nosotros, los nacidos después, damos por normales pero que en aquel momento asustaban a algunos mayores y disgustaba a los jóvenes más perspicaces e inquietos (el 68). De estas la que suscitó Rollerball es la decadencia de los estados al encarecerse todas las cosas que debía proveer y el fortalecimiento de las grandes empresas al devenir en ultra mas que en multinacionales. Parecía que ellas se harían con el poder (de este temor nace el Cyberpunk). Como sabemos no llegaron a tanto pero Reagan y Thatcher y sus discípulos las ayudaron a volverse más poderosas al darles dinero pero no obligaciones. Por eso en los 80 hay todo un cine antiempresarial con títulos tan emblemáticos como Los Goonies o Robocop. En los 90 este cine pasó a ser marginal pero la crisis actual ha demostrado que eso fue simplemente un éxito del marketing pues a ella hemos llegado por la lucha de los ejecutivos por su sueño facilitada por la aceptación por parte de los demás de un soborno, dinero prestado, para hacer la vista gorda. La desaparición del soborno o soma es lo que ha hecho poner en cuestión el poder empresarial pero esto, como enseña Rollerball, es una cuestión de volver a repartir dinero entre las masas en un gesto análogo al de arrojar monedas al vulgo de los reyes antiguos, u otro tipo poderoso, cuando entraban en las ciudades, que no es más que una versión del pan y circo de los senadores y luego emperador romano. Así pues Rollerball es una peli política. Lo demuestra el que el relato en que se basa denuncia la desnaturalización del deporte al convertirse en un espectáculo televisivo. Su contenido político es consciente. Pero como es una advertencia, es una distopía. Por eso apenas nos cuenta algo del cómo se ha llegado al mundo de los ejecutivos. Lo que le interesa es describir lo que nos espera si no hacemos algo.
El aspecto principal del mundo de los ejecutivos, sobredimensionado por razones lógicas, es el juego rey de ese posible futuro que da nombre a la película. El rollerball es la forma principal, otras son las drogas y la desinformación, que tiene el gobierno de turno de controlar a sus súbditos, que son todos porque la sociedad corporativa está por encima de todo. 1º la empresa. Esto, presentar la violencia como un espectáculo político, no tiene nada de Ciencia Ficción pues es más antiguo que la Historia ya que es algo que encontramos ya formado en las sociedades que la inauguraron, Egipto y Sumeria. Allí se presentaba al pueblo los efectos del triunfo bélico: el ejército triunfante, los prisioneros, los despojos y alguna parte de los cadáveres de los enemigos muertos para mostrar a cuántos se había matado, la magnitud y lo terrible de la derrota del enemigo. Esto fue perfeccionado en Occidente por los romanos alrededor del siglo II a. C. ya que independizaron el espectáculo de la guerra. El combate de gladiadores en origen era una costumbre funeraria bárbara que los generales romanos que combatieron a los pueblos que la practicaban trajeron a Roma. Allí, este rito religioso (si bien hasta que los franceses dijeron basta en Occidente religión y política se han confundido) estaba descontextualizado así que pronto se convirtió en un espectáculo político violento. El rico de turno ofrecía a sus conciudadanos un combate de gladiadores para demostrar su riqueza-poder y su patriotismo con el objetivo de ser tenido en cuenta en futuras votaciones. Con el tiempo esto se transformó invirtiéndose en torneo y juegos afines (la élite ya no hace la demostración de su poder de forma delegada sino personalmente con el doble objetivo de hacer que sus gobernados se sintiesen seguros a la vez que disuadidos de rebelarse) para luego pasar a las ejecuciones públicas, después a la brutalidad policial (vean como se disolvía una manifestación en los 60 y 70) hasta desaparecer por la aceptación masiva del Sistema y la creencia de los grupos antisistema que enseñar las tetas, besar a polis y hablar de política incansablemente con amiguetes son modos eficaces de cambio. La razón porque en el futuro se resucita una costumbre bárbara es que el mundo ejecutivo no es una "democracia". Allí no se vota y por ello la frustración que produce la humillación y la dependencia necesita espectáculos políticos más fuertes para ser conjurada. Sin embargo, el rollerball va más lejos que el circo romano. Este era una forma de control social. Con él la élite romana conseguía que sus sometidos sufriesen la catarsis de su violencia reprimida. El espectáculo violento servía a los gobernantes porque sublimaba/exorcizaba la agresividad de los gobernados procedente de su miseria y dependencia y así, mansos, eran fáciles de controlar. Además distraía de la ingrata realidad y divertía, y uno siempre queda muy agradecido con el que lo hace (sólo hay que ver como sigue la gente a sus autores/actores/personajes favoritos). Por eso los equipos de rollerball son patrocinados por una de las subempresas que dominan el cotarro. Por ello no extraña que el juego rey de la sociedad corporativa tenga algo de religioso. Es un asunto mu serio. Así lo sugiere el brillante comienzo de la película, una de mis partes favoritas y uno de los mejores inicios del Cine. Una música de resonancias religiosas, pues surge de un órgano, acompaña las imágenes que ilustran la preparación de un partido de rollerball.
Pero como se ha dicho este es más que el circo romano. Es así porque está dirigido a toda la sociedad. El objetivo fundamental de ese juego no es servir de soma sino de convencer a la sociedad corporativa de la inutilidad de la individualidad. La clave del rollerball es que es tan hostil al individuo que es cosa de equipo/grupo. Esto convierte al prota, Jonathan E., en una anomalía, la condición del Héroe que lo convierte en un ser caótico y por ello capaz de cambiar las cosas. Así, el propósito principal del rollerball no es exorcizar la violencia de la masa pues lo que hace es exorcizarla de la sociedad entera pues también opera en los ejecutivos. Estos, soñando que son rollerballers, subliman sus fantasías heroicas y violentas. Esto se debe a que los gobernantes ya no ejercen directamente la violencia, pero también es otra forma tradicional de control social: cada uno sueña que es el otro y así el poder desequilibrador de la envidia se anula. Es parecida a la propaganda por la que se pinta a los ricos como gente triste y mala, más vale ser pobre porque se es feliz y bueno, o se dice que ir a los actos oficiales es más duro que el trabajo de verdad y diario. Al rollerball se ha derivado toda la violencia de la sociedad porque la sociedad corporativa es pacífica (eso apunta el cartel de la peli de más arriba). En un mundo en paz la violencia no es un requisito del poder, ya no hay que defenderse de nada, por ello la legitimidad del gobierno corporativo es su capacidad para satisfacer. Lo que siempre se ha pedido al gobierno es paz y prosperidad, una vez conseguida lo 1º un gobierno ha de procurar lo 2º si se quiere mantener. Haciéndolo es como lo ejecutivos han logrado ser autoritarios ya que proporcionan comodidades y lujos y han desterrado la pobreza y las enfermedades. Lógicamente, tienen el uso exclusivo del poder, que no es más que decidir sobre las cuestiones importantes de la vida, porque lo han comprado y no porque tienen el monopolio del uso de la fuerza, lo habitual. Esto es su talón de Aquiles y por ello no podrán vencer a Jonathan. No pueden matarle porque ya no tienen huevos para ser violentos. Eso ya es algo exclusivo de los rollerballers. El posible martirio del prota como razón disuasoria no tiene sentido porque el gobierno controla la información de modo que fácilmente puede hacer que sea olvidado. Sin embargo, es cierto que la verdadera muerte del campeón invicto es la derrota. Así, el rollerball va más allá que el circo romano ya que su función es inculcar el gregarismo y el conformismo a toda la sociedad. Por ello la peli nunca muestra a la gente viendo los partidos en sus casas. Filma siempre en el estadio, salvo al final para recodar que el rollerball es un espectáculo mundial, para subrayar que el juego rey es un medio masificador. Al poner al grupo sobre el individuo masifica y al meter al individuo, el espectador, en una masa también masifica. Por ello, a diferencia del circo romano, los celebrantes pertenecen a la misma categoría social que los ciudadanos. Con ello la sociedad corporativa elimina la posibilidad de que salgan de entre los gobernados librepensadores que acaben deviniendo en líderes alternativos, uno de los factores detonantes de una revolución, así como la de que un ejecutivo se vuelva un megalómano y quiera romper el orden. Este quizás sea lo que más teme de Jonathan el Directorio Ejecutivo ya que los ejecutivos sueñan con ser él. La sociedad corporativa quiere eliminar al individuo porque por definición es desobediente. Por eso no puede permitir que Jonathan se convierta en un modelo. Esta forma de control es la que estaba detrás de la falange y el senado romano. No puede ser que la gente grite el nombre de una persona en vez del de una entidad comunal, ya la ciudad, ya la empresa.
Esto convierte a Rollerball en un Viaje del Héroe o una historia de descubrimiento personal. Jonathan, interpretado eficientemente por J. Caan, antes de empezar la peli es un individuo pero no lo sabe así que el film es, como Edipo rey de Esquilo, la crónica de un autodescubrimiento que, en este caso, comienza con un cuestionamiento que lleva a la no comprensión/aceptación de la razón de la sumisión. Historia que se cuenta no para entretener ya que, como se ha dicho, Rollerball es cine comprometido, sino para ilustrar o guiar al espectador para que haga un viaje análogo. El protagonista es un tipo sencillo que viene de Texas y viste a lo cowboy, es claramente la esencia estadounidense (vence a Madrid-Europa/Comida, Japón-Asia/Lujo y a NY-el EE.UU. decadente?/Transporte). Así pues, aunque el director es canadiense y Rollerball fue rodada en Europa, lo que pretende es despertar las conciencias de EE.UU.
La película comienza con la visita del prota a la caverna del Ogro (un trasunto del padre) donde, al entrar, se corta. No entiendo eso. No sé si es para retratar a Jonathan como alguien que no sabe moverse en ambientes sofisticados, para comunicar su fragilidad, a pesar de ser el mejor rollerballer de la Historia sangra como todos los demás, para escenificar un parto, el nacimiento del Héroe, para anunciar la peligrosidad del Ogro/los ejecutivos o como la tradicional intervención del Destino que mediante el dolor impide que el hechizo afecte al prota, es decir, que acabe siendo convencido. En esta reunión todo queda establecido. Jonathan tiene el corazón roto por culpa de los ejecutivos lo que le aleja del conformismo y la peli va de una lucha de poder, no podía ser de otra forma en un film político. Los ejecutivos quieren que el campeón obedezca la orden de retirarse y el conflicto está en que a él no le gusta ese mandato y como no la comprende no quiere hacerlo. Así, la escena termina con Jonathan convertido en un rebelde de forma paradójica pues a él le gusta la sociedad corporativa. El quiere encajar como antes pero ya no puede porque ha visto que el sistema es una mentira pues ha experimentado personalmente que no todas las decisiones que los ejecutivos toman por él le benefician. Él ama el juego, por eso no quiere dejarlo y por eso no entiende que le ordenen que lo deje. La intrasigencia siempre engendra rebeldía. La de Jonathan comienza con un pensamiento cuestionador, que le lleva a querer comprender para poder aceptar, lo que le conduce a un proceso averiguador, la búsqueda. Justo lo que los ejecutivos no quieren, que los gobernados conozcan. Lo que ellos desean es obediencia ciega y para ello necesitan ser los únicos expertos (esto es lo que hacía la Iglesia en la Edad Media). De aquí pasamos al aspecto más duro de la sociedad corporativa: la trata de blancas (en esto recuerda poderosamente a Cuando el destino nos alcance). Esto hoy resulta brutal, por lo que favorece a la peli, pero en aquella época no debía resultar tan horrible. Las mujeres, al menos algunas, son mercancía. Los ejecutivos deciden con quién van y cuánto tiempo están con ellos asumiendo el papel de parejas sumisas. Para responder a la insubordinación de Jonathan los ejecutivos hacen su movimiento. Le colocan una nueva chica más persuasiva pero también no enganchada al campeón y endurecen las reglas del juego. No sirve y llegamos a la fiesta. El momento psicodélico de la peli y por ello uno de los más populares. La fiesta sirve para retratar la sociedad ejecutiva como amanerada, fascinada por la violencia, trastornada y decadente, como los estadounidenses se imaginan a los romanos, y su relación con los rollerballers, pero lo importante de ella es que en ella comienza la guerra. Jonathan humilla a los ejecutivos, el subordinado gana al amo, y eso no lo tolera nadie, y menos un tirano. La declaración se hace paralelamente a la escena más descolocante de la peli, la de la quema de árboles. Exactamente eso qué quiere decir? En este momento Jonathan empieza a cuestionarse su humanidad. Algo importante pues se nos acaba de decir que los rollerballers no son humanos, son juguetes. Jonathan empieza a intuir que sin libertad no es un Hombre así que tiene que averiguar si lo es para poder continuar con su rebeldía. En estas llega el partido contra Tokio. Un acto terrorífico por como cada vez la violencia va subiendo hasta llegar al asesinato descarado. 1º el de Moonpie, evidentemente otro movimiento de los ejecutivos para doblegar al campeón, pero lo más sobrecogedor es ver como Jonathan ejecuta al asesino de su "hermano". Una venganza terrible ejecutada con frialdad y premeditación. Este es el/nuestro Héroe? Las cosas se están saliendo de madre a pesar de que la dirección es de lo más contenida. Está claro que ya no se juega al rollerball. Después viene un momento clave en todo Viaje, el enfrentamiento con la Muerte. Normalmente es el Héroe el que muere de alguna forma pero aquí es su alter ego, su "hermano", su yo del pasado, el jugador que disfruta con el rollerball y no se cuestiona nada, alguien que sólo tiene a sus compañeros de equipo, su pareja no ha sido elegida por él y no tiene familia (de Jonathan se nos cuenta poco pero bien puede que tampoco tenga familia). Quizás sea esta cercanía lo que impide al prota rematar a Moonpie más que su amor por él o estar asqueado de la muerte tras los sucesos del partido. La Muerte siempre sale en el Viaje porque da la última revelación, cuenta lo último que tiene que saber el Héroe. En este caso es el descubrimiento de que no hay reglas. Como jugador y miembro de una tiranía siempre ha asumido la existencia de las reglas como algo necesario y beneficioso pero la Muerte le ha quitado el velo de los ojos. Las reglas no son más que arbitrios. No son algo que están por encima del Sistema. El movimiento de los ejecutivos vuelve a fracasar así que el Héroe sigue su búsqueda. Esta le lleva al oráculo, al centro de sabiduría mundial, un computador. Esta escena, aunque es bastante disgresiva, es una de las mejores de la peli y se agradece pues es el único momento de humor de una peli violenta, triste y grave. Su ironía, de la que es mejor ejemplo el que el cerebro mundial se llame Zero, nada, y anticipación son brillantes. Pero antes de eso viene la escena en la que la peli se explica al espectador para que podamos ir por delante del prota. Vemos al misterioso Directorio Ejecutivo que nos cuenta que el rollerball existe para demostrar la futilidad del esfuerzo individual y que está dispuesto a todo, menos a ensuciarse las manos (esta cobardía es su perdición), para prevalecer sobre Jonathan. El oráculo fracasa en iluminar al prota porque está sometido a los ejecutivos, por ello no puede revelarle nada pues lo que quiere es algo que los ejecutivos han decidido borrar para que no se sepa. El conocimiento se convierte en poder; la sabiduría es poder alcanza a decir Zero. También genio es energía. Este es el mensaje críptico del oráculo cuyo desciframiento ayudará al Héroe en su búsqueda. Jonathan es miembro del equipo de Energía (ese es el significado de su misteriosa E?), lo lógico para un héroe de acción estadounidense. Es importante el detalle de que el interior de la computadora Zero es líquido porque retroalimenta escenas pasadas. 1º nos remite a la escena donde reflexiona Jonathan mirando al agua de un baño. Acompaña al plano del agua la voz en off del Ogro diciendo que la sociedad corportativa es inevitable porque permite tocar los deseos al materializar todo. El agarrar, y por tanto la materialidad, es la esencia de la sociedad corporativa. Por ello lo líquido es su opuesto pues no se puede asir como la bola del rollerball. Así es como representa la peli lo que no puede dar la sociedad corporativa que desea Jonathan, la sabiduría/conocimiento. Esto quizás también remita a la extraña escena del corte en el dedo. El prota no puede agarrar a los ejecutivos porque son cortantes. Ni lo afilado ni lo líquido se pueden asir. Tras esto viene el encuentro con Ella, su amor perdido, que no es una concesión de los ejecutivos como parece sino otro movimiento para disuadirle de su búsqueda. Es una especie de Medusa. Por ello la mujer nos revela lo que nos falta por saber de la sociedad corporativa. El contrato social de ese sistema es ceder el control de nuestras vidas a los ejecutivos a cambio de que nos provean. En su momento se hizo una elección entre el Confort y la Libertad, la gente eligió lo 1º creyendo que son sinónimos. Confundieron la libertad de consumir (lo que la empresa ofrece) con la Libertad. Creyeron que tener cosas es la Libertad. Suena, no? También descubrimos que Ella no fue alejada por los ejecutivos como Jonathan creía sino que fue el rollerball. Ella sintió que él quería más al juego y pidió marcharse. Jonathan dice que no era así, que tenía muchas dudas y trataba de recordar, por eso se alejó. La rebeldía del prota por tanto es anterior a su ruptura y no después como parecía. Este acto en su conjunto es bastante convencional pero es clave porque sirve para que Jonathan deje de dudar sobre su rebeldía al darse cuenta de que su malestar no proviene por lo de Ella sino de él. Así queda libre que es lo mismo que estar solo. Lo plasma ejemplarmente ese plano con el que termina su conversación con Ella en el bosque, Jonathan sale de un plano compartido a uno en el que esta solo, alejándose y ofreciendo la espalda a Ella/espectadores. Al estar bloqueada la búsqueda de conocimiento ya sólo queda la huida hacia delante, la marcha. Aquí esta plasmado lo que es el acto heroico, Jonathan deja atrás la zona de confort, el Mundo Ordinario, las reglas, la sociedad para internarse en el bosque, en lo salvaje, en lo desconocido/Otro Mundo. La última escena de este acto lo subraya: Jonathan borra a Ella porque es también la sociedad corporativa. Su último intento de permanecer en ella, de no quedarse solo, ha fracasado, pero a cambio descubre que está completo, el vacío que había dejado su fracaso amoroso ya no existe. A partir de este momento entramos en el momento transcendente de Rollerball. Ella le ha avisado de que en el próximo partido, el último, la final, no habrá reglas. Su muerte, por tanto, es casi segura. Por ello Jonathan vuelve con la Muerte para conjugar sus últimos miedos, va a ver a Moonpie. Es el único dios al que puede rezar (la sociedad corporativa parece atea). Así, al terminar ya no tiene miedo a la muerte y por lo tanto sabemos que va a vencer. Leyendo mangas uno se entera de que el guerrero ha de cortar todos sus lazos para poder vencer ya que estos son el origen de su miedo a la muerte. Por eso con ellos nunca podrá vencer pues se acobardará en el momento clave o transcendente de todo combate, matar o morir. Otro elemento que anuncia la victoria de Jonathan es que los ejecutivos han quitado las reglas ya que esto sólo puede favorecerle pues al ser libre y heroico/caótico es el único capaz de decidir, las reglas sustituyen la decisión personal. Así, al quitar las reglas le dan ventaja. Cómo al que quiere romper las reglas le va a perjudicar que no haya reglas? La escena en que sale solo al estadio es paradigmática porque por primera se ha separado de su equipo. Uno de sus motivos para no abandonar era no dejar a su equipo, en ello se ve el éxito del rollerball, pero está claro que este no le ha dado el cobijo que necesitaba por eso también lo deja atrás aunque el equipo rival salga a la pista gritando Jonathan está muerto. Es la famosa soledad del Héroe. La Libertad sólo es posible en soledad.
Lo más escalofriante de esta peli para mi no es la plasmación en imágenes del sueño húmedo de un ejecutivo sino el borreguismo de su gente. Esto alcanza un nivel terrorífico al final de la peli. Los ejecutivos cambian las reglas haciendo mortal el juego pero nadie se revela. Los jugadores no sólo salen a jugar sino que no se plantean la solidaridad. Juegan hasta matarse porque son incapaces de pensar en una alternativa. No se les ocurre pactar un nivel de violencia, quizás es que fueron comprados. La peli no lo hace explícito pero el asesinato de Moonpie tiene toda la pinta de ser una orden de los ejecutivos para amadrentar a Jonathan. Esto deja abierta la posibilidad nada descabellada de que los ejecutivos pueden hacer tongo cuando quieran. Este suicido por egoísmo de lacayo recuerda mucho a la actitud del occidental actual por la cual, totalmente inmerso en su vida, es incapaz de la solidaridad y de unirse con los demás para conseguir algo. Su egoísmo le impide darse cuenta de que compite con los demás por todo y con ello le hace el juego a los poderosos que lo son porque dividiendo han vencido. Por eso me parece tan escalofriante el final de Rollerball. Es uno de los actos más terribles del Cine. Tras 3 minutos y medio de "juego" sólo quedan enteros 3 rollerballers. Si horrible es ver como los jugadores se matan entre sí porque sí, más lo es ver que el Héroe participa. Mata sin compasión a sus compañeros a pesar de que han caído en la boca de lobo por su culpa. Lo sobrecogedor del momento lo refleja el silencio mortal del estadio. La muchedumbre antes sobreexcitada por la violencia ha quedado muda, paralizada ante el espectáculo apocalíptico de la pista: cadáveres, sangre, fuego, despojos. Claramente está contemplando un misterio tremendo. Una apoteosis (es anecdótico que la anterior peli del director fuese Jesucristo Superstar?). Tras ella, consumada tras el 1º y único acto de piedad de todo Rollerball que es el verdadero gesto revolucionario pues los demás pertenecen al juego corporativo, pueden reaccionar y lo hacen como masa. Claman todos al Héroe. Está claro que Jonathan. aunque ahora divino, no es un Salvador/Redentor. No transforma el mundo. Sólo demuestra cómo hacerlo. Por eso los planos finales de la peli son imágenes congeladas que devienen en un primerísimo primer plano borroso en donde, Jonathan solo nos mira. Ahora te toca a ti.
Así pues. por su guión, obra de W. Harrison, Rollerball es un clásico. Lógico que con el tiempo vaya ganado enteros. Es disgresivo, no equilibra bien las 3 historias (la deportiva/acción, la política/filosófica y la romántica/sentimental), todos los secundarios son clichés y a veces se le va la olla pero es sólido, coherente, verosímil, razonablemente profético y emocionante. En mi opinión lo que no deja a la peli alzar el vuelo es la dirección. Creo que es demasiado fría, impersonal y sosa. Sólo destaca en los partidos pero seguramente eso sea mérito del montador. La película, aunque filosófica, precisaba de más nervio, velocidad e intensidad. Los partidos no son lo suficientemente crudos, deberían ser sobrecogedores pues son algo religioso, y la historia romántica está rodada mediante postales convencionales (paseos por la naturaleza a pie o a caballo). Así pues, lo visual no saca todo el jugo al guión, que es mucho como demuestra el que los partidos se sientan brutales a pesar de lo sobrios que son en violencia y sangre, y así la peli es menos de lo que debería ser. De la misma manera que los rollerbollers no tienen el aspecto brutal que debían tener, Rollerball, por culpa de N. Jewison, no tiene la potencia que debía tener. No obstante... peliculón.