Mackie sabe que es uno de esos sustitutos; las señales están en su frágil salud, en su extraña aversión al hierro y a la sangre, en su incapacidad de pisar tierra consagrada, en la mirada huidiza de su madre... Aún así, procura llevar una vida de lo más normal, va al instituto, le atrae la chica más guapa y toca el bajo.
Su padre, el párroco del pueblo, le ha inculcado desde muy pequeño que debe evitar destacar, sino toda la población podría levantarse contra él y acabar con su vida como ya pasó con un tal Kellan Caury muchos años atrás. Pero cuando Tate, una vieja amiga, pierde a su hermana Natalie, Mackie empieza a darse cuenta de que no puede quedarse al margen siendo el único que podría ayudarla.
Cuando empecé el libro no tenía muy claro qué me iba a ofrecer más allá de una historia juvenil con un punto oscuro diferente de lo habitual. Efectivamente, eso es esta novela. Sin embargo, la impresión general que me ha dejado es de decepción, de trama desaprovechada, desperdiciada, de sensación de déjà vu y de referencias que podrían haberle enseñado más. Me ha gustado, pero podría haber dado mucho más de sí.No había llegado a leer opiniones sobre el libro, iba en blanco. Las expectativas me las ha generado el comienzo, junto a su inquietante portada y su argumento capaz de poner los pelos de punta. La cosa pinta muy bien mientras no se sabe realmente de qué va la cosa en ese pueblo. Una vez se descubre el pastel, cuando se conoce a los monstruos (por llamarlos de alguna manera) que están detrás de todo, el globo del interés se desinfla y no se llega a rellenar en todas las páginas que le quedan salvo algunos momentos puntuales.Sin duda, lo más interesante que tiene es esa ambientación de típico pueblo de las historias de terror. Subyace una sensación de inquietud, tensión, miedo... parece una bomba a punto de estallar a poco que los residentes saquen algo de valor. Pero nada de eso llega a suceder, toda la acción queda reducida al protagonista y su grupito de amigos. La gente prefiere vivir en la creencia de que no está pasando nada extraño. En ese contexto está Mackie, el protagonista y prueba viviente de que sus terrores son ciertos, pero se niegan a ver la realidad.Por otra parte, todo el tema de los sustitutos está muy desaprovechado y, para colmo, al final carece de sentido: los monstruos no tienen ninguna necesidad de dejar un ser que ocupe el lugar del bebé robado. Se lo podían llevar y punto. Al menos ésa es la conclusión con la que me he acabado quedando. Y la explicación que tiene el hecho de que Mackie sea el único sustituto que ha sobrevivido hasta la adolescencia me ha parecido cursi y peregrina... y cliché. Con deciros que me ha recordado a Harry Potter y el motivo de su cicatriz (cambiando madre por hermana).En cuanto al protagonista, Mackie resulta demasiado pasivo durante la mayor parte de la historia y sólo empieza a tomar decisiones y a actuar cuando su vida empieza a estar al límite, sino bien podría haber seguido tal cual. No he sentido una gran empatía con él, para qué mentir. Y la parte romántica ha sido la más floja del libro, bastante prescindible en líneas generales. Además tiene varios momentos en que él tontea con otra chica de la que realmente no está enamorado. Para lo que se supone que es el libro, debería habérselas ahorrado.De secundarios tengo que destacar para bien a Emma, la hermana de Mackie, una chica que le adora y hará lo que sea por él, y a Roswell, su mejor amigo, su otro gran apoyo, sabe que oculta cosas pero nunca le pregunta nada, se limita a ayudarle incondicionalmente. En cuanto a los monstruos, los seres oscuros, a pesar de resultar un tanto espeluznantes y macabros, no terminan de dar miedo ni despiertan otro sentimiento.Por último, el desenlace resultó bastante predecible en líneas generales. Lo peor de este apartado llega cuando un personaje de la edad del protagonista, normal y corriente, sin ninguna habilidad especial, es capaz de derrotar a un ser siniestro de siglos de antigüedad con características de sádico y masoquista. No cuela, no es creíble y no tiene sentido. Y para rematar, la derrota del "Final boss" deja bastante que desear también. Como virtud queda al menos que todos los hilos los deja cerrados y no es necesaria una continuación que, de momento, no parece existir.En definitiva, tenemos una base original que pinta muy bien en su premisa. La trama arranca lenta y hay una considerable falta de acción, aunque todo parece presagiar que va a venir algo grande pero, sin embargo, lo que nos encontramos es un desarrollo que no cumple lo esperado. Podría haber dado mucho más de sí. Me esperaba algo como los más inquietantes capítulos de Supernatural o el relato corto de Libba Bray de Vacaciones en el Infierno... pero no, no ha estado a la altura.A pesar de todo lo que he dicho, El sustituto me ha entretenido y ha tenido sus puntos a favor, algo macabros e interesantes. Además es una lectura que se aleja un poco de lo más habitual en el género, repleto de vampiros, hombres lobo y demás. Punto a favor por tener a un chico protagonista y por no querer abusar del romance que, en realidad, se podría haber ahorrado. Una pena el potencial desperdiciado en una trama que podría haber dado mucho más de sí.