"El Tábano"... ¡existe!

Publicado el 23 abril 2011 por Santiagobull

Pues eso. Muchos recordarán el coñazo que nos armó Mr. Mierdas hace un tiempo, cuando se le dio por armar un bailongo mientras nos sacaba la lengua, y todo porque se había hecho con un libro (casi duele pensar que somos lo bastante subnormales como para armar embrollos como estos por un libro... ¿pero a qué hemos llegado?), una obra misteriosa, que nadie había leído ni por casualidad, y ni hablemos de encontrarlo. Su enigmático título era El Tábano, de la irlandesa Ethel L. Voynich (otra que todos jurarían que solo era conocida en su casa y la de sus abuelos), y dadas las ganas con las que Mr. Mierdas se puso a proclamar lo bueno que era el libro y tal, pues nosotros nos quedamos las de leerlo. Y empieza el drama, porque ya lo digo: que nadie tenía ni puta idea de dónde encontrarlo. ¿Existía realmente?Y yo les digo: sí, carajo, existe, y es de la puta madre. En vano gasté tiempo y voz recorriendo librerías, pero al fin me topé con un ejemplar en un puesto de libros de segunda mano en La Habana, hace apenas unos días. Algo viejito, tal vez, pero con todas sus páginas puestas, y editado por la Editorial Artes e Imágenes, de La Habana -es decir, made in cuba. Lo empecé un par de noches después, y ya tengo más o menos leída la mitad, con lo que me basta para sentirme justificado para hablar de él. Terminemos, entonces, con lo anecdótico y pasemos, mejor, a decir una o dos cosas de la novela de Voynich.¿Qué les puedo decir de El Tábano, en estos momentos en que ni siquiera sé cómo va a terminar? Pues que es un bombazo: aunque está escrito en un estilo sereno y claro, con notorias deudas con el romanticismo -y aún con el Sturm und Drang-, el libro llega a ser íntimamente impactante. Y lo digo, sobre todo, pensando en la forma en que se las apaña para narrar, sin una palabra más de la justa y necesaria, complejos estados emocionales y sentimientos qe fluyen y cambian constantemente. El rencor se torna en interés, el odio en pasión, la indiferencia en curiosidad... pero a través de acciones sencillas, de meros detalles. La profundidad psicológica de algunos de sus personajes (Gemma, Martini, el padre Montanelli, el mismo Tábano) es acojonante, y la trama llega a convertirse, en cierto modo, en la historia de los desencuentros en los que ellos se van descubriendo como actores. ¿Debería decir algo sobre la trama? Nunca he sido amigo de dar adelantos de este tipo, no sólo porque le jodo la lectura a alguno, sino también porque me cuesta mucho resumir (esa ruin palabrita) un libro, como si sólo se tratara de lo que pasa en él. Pero de todos modos diré lo básico: Arturo Burton, un joven inglés que estudia filosofía en la Italia del siglo XIX, le revela un día a su amigo el padre Montanelli que se ha unido a un grupo nacionalista, la Joven Italia, para contribuir en la lucha contra los de Habsburgo, que dominan parte del país. Pero después pasarán un par de cosas -no diré cuáles son- y se decide a huir del país, rompiendo con todo: sus viejas amistades, su "familia" y, sobre todo, su religión; sólo para volver trece años después, con la frente marchita (como dice el tango), y ya convertido en el Tábano: un ser deformado y lleno de cicatrices, mal rodeado, y que en su calidad de autor satírico volverá a verse rodeado de conspiradores, entre ellos una vieja amiga a la que amaba en secreto en sus años tiernos, cuando joven era y en el amor creía. 

Este no tiene nada que ver con el libro. Sólo es un tábano.

Bien. Suficiente resumen. Ahora, a decir algo que tiene que decirse. Y es que si antes hablé de cómo la autora se las arregló para reflejar tensiones existenciales y rupturas emocionales en pocas y simples palabras y gestos, pues la pura verdad es que el momento en el que el joven Arturo Burton rompe con la religión es extraordinario. Hay un lento marchitarse, dudas, lenta pero cruda resignación, violencia... Yo no sé si alguno de mis lectores entenderá de lo que hablo, pero los que hemos pasado por ese trance violento en el que dejamos atrás la tierra firme pero mentirosa de la religión y salimos sin paraguas a las baldías, tormentosas y divertidísimas tierras de nadie del ateísmo más declarado y tozudo, podemos vernos allí como en un espejo. Son páginas, párrafos que remueven las vísceras. Muy, pero muy bien logradas. "¿Qué haremos contigo, Jesús de Nazaret?" Tales son las palabras con las que arranca este libro extraordinario, del que ya Bertrand Russell dijo que era una de las novelas más apasionantes que había leído en lengua inglesa. Yo la recomiendo con una mano (y una biblia) sobre el fuego... al que pueda conseguirlo, claro está.
Breve posdata: Obviamente, esta entrada va dedicada al cabrón de Mr. Mierdas. Y que sepa que en la primera página de mi edición de El Tábano, debajo de mi nombre, he escrito estas palabras entre paréntesis: "In Honorem Mr. Mierdas". Que cada cual tenga lo que se merece, y este se merece una copa en alto. Dada la ocasión, les dejo un tangazo del maestro Osvaldo Pugliese.