Imagen: Casa del Libro
Alcalá de Henares, 1572. La joven librera Inés Ramírez acaba de quedar viuda y ha de ponerse al frente del negocio familiar. Pronto descubre que su esposo posee la clave de acceso al único ejemplar de un libro prohibido, cuya desaparición había sido ordenada por el poder político y la iglesia siglos atrás.Con la colaboración de Pierre Arbús, un oficial de imprenta francés, inicia la investigación. Tendrá que tratar con personajes de todo tipo: maestros impresores, eruditos, delincuentes, nobles de alta cuna... Y todo bajo la sombra omnipresente de la Inquisición, que vela por controlar el pensamiento y la palabra, y la estricta censura de Felipe II.
Edición: 1ª ed.
Publicación: Madrid: Ediciones B, 2018
Descripción física: 576 p.; 24 cm.
ISBN: 978-84-6666-433-2
CDU: 821.111-31"20"
Signatura: N GAR tal
Precio: 20,80 euros en Casa del Libro.
Cuando en #SoyYincanera se propuso hacer una lectura conjunta de esta novela, en cuanto leí la sinopsis no pude resistirme a ella; y es que además de que me gusta la novela histórica, también disfruto muchísimo (supongo que por deformación profesional) con los libros que hablan de libros. Y en este caso la mezcla era ideal: una novela histórica que narra acontecimientos relacionados con el negocio de los libros y el arte de la imprenta. Al avanzar en la lectura me fui dando cuenta de que además estaba ante una novela también con un poco de suspense; así que me quedó claro que seguramente iba a pasarlo de lo lindo con esta aventura, como así fue.
La historia comienza en el año 1572, en la localidad madrileña de Alcalá de Henares, que por aquel entonces era uno de los mayores centros tanto del libro, por la gran cantidada de talleres de impresión que había en la ciudad, como de las letras, por su universidad, que fue fundada por el Cardenal Cisneros a finales del siglo anterior. Inés Ramírez, una de las protagonistas de la novela, acaba de quedarse viuda y a partir de ese momento será la encargada de seguir regentando el taller de impresión de su marido; al mismo tiempo está todavía cumpliendo luto riguroso por su marido, que deberá durar un año entero y que no le resultará nada fácil, ya que en esta época las mujeres debían sobre todo guardar las apariencias para evitar el famoso "qué dirán" (aunque ahora que lo pienso, esto sigue en algunos casos prácticamente igual que en aquel entonces). Y es que muchos no verán con buenos ojos que Inés tenga toda la pinta de que no va a decidir volver a casarse para que sea su nuevo marido quien tome las riendas del negocio; al contrario, será ella misma la que tome la iniciativa de encargarse del taller, con todas las complicaciones que ello le traerá. Y por si todo esto fuera poco estamos en el reinado de Felipe II, que a través de la Inquisición y su censura se dedica a controlar el negocio de los libros; unos libros que en algunos casos son considerados peligrosos por su contenido.
Cuando nuestra protagonista comienza a desesperarse y a pensar que quizá no vaya a ser capaz de sacar el negocio adelante ella sola, recibe un día la visita de un hombre, al que no conoce, y que aparece en el taller para exigir que se cumpla la parte del trato al que él había llegado con el marido de Inés unos meses atrás. Inés no tiene ni la más remota idea de la existencia de ese trato, pero parece que está relacionado con la copia de un libro muy concreto, muy misterioso y hasta prohibido por la mismísima Inquisición. Pero también aparecerá en la vida de Inés otro hombre, el oficial de imprenta Pierre Arbús, de origen francés, que recala en España huyendo de la Inquisición y que será quien ayude a la joven viuda a desvelar ese misterio que rodea al encargo de su difunto marido. Juntos, se adentrarán en las "cloacas" de la ciudad y se mezclarán con personas de todo tipo, desde miembros del clero o de la nobleza hasta gente de, como suele decirse, mal vivir. Y todo con el más absoluto secreto, ya que la honra de Inés está por encima de cualquier otra cosa, al menos hasta que se cumpla su año de luto.
Nuestra protagonista localizará, de manera totalmente fortuita, una carta que su marido tenía oculta y que habla precisamente de ese libro prohibido. ¿Conseguirán Inés y Pierre localizarlo? Y si es así, ¿acabarán siendo hechos presos por la Inquisición? Ambos vivirán momentos muy intensos durante su búsqueda, pero a lo largo de las páginas de la novela nos iremos dando cuenta enseguida de que Inés es una mujer de armas tomar: es fuerte, es muy valiente y también muy tozuda, y tiene claro que no se va a dejar doblegar por nada ni por nadie. Porque su corazón y su honor le dicen que su deber es finalizar la tarea que su marido no pudo completar, y a eso dedicará su tiempo; a eso y a intentar mantener a flote el negocio, del que dependen tanto ella como su familia y por supuesto sus empleados. Y, como veremos, en algunos momentos lo tendrá realmente complicado, todo por no querer someterse a cumplir su papel de mujer e impedir que sea un hombre quien saque adelante el taller.
Durante el desarrollo de la historia nos iremos encontrando con muchos otros personajes; algunos son reales y otros ficticios. Así, conoceremos a la madre de Inés, que vive con ella; a Albertillo, que trabaja como aprendiz en el taller y tiene un carácter de lo más vivaracho; a María, la hermana de Inés, tan valiente como ella y cuyo marido también es maestro librero; Matilde, el ama de Inés, siempre preocupada por ella... Y muchos más, algunos de los cuales se ganarán enseguida nuestra simpatía, y otros tan despreciables que causarán en nosotros el efecto contrario.
Una de las cosas que más me ha gustado ha sido, sin duda, que la historia gire en torno a los libros; mientras leía la novela, a cada momento me acordaba de Fondos bibliográficos antiguos, una asignatura que cursé cuando estudiaba Biblioteconomía y que sin duda fue mi favorita de toda la carrera. Y es que está claro que Olalla se ha tenido que documentar a fondo para escribir esta historia, porque no sólo utiliza expresiones y palabras propias de aquella época, sino que domina a la perfección el vocabulario referente al mundo del libro y de la imprenta; así, leyendo esta novela conoceremos tanto el ambiente que rodeaba a los libros y las leyes que influían en su elaboración (varios capítulos de la novela comienzan con un fragmento de la pragmática de Felipe II, del 7 de septiembre de 1558, sobre la producción y el comercio de libros en Castilla) como el ambiente en general en España: la sociedad, las costumbres, el papel de la mujer... Y al mismo tiempo conoceremos con todo lujo de detalles cómo se elaboraban los libros, cuáles eran los diferentes oficios asociados a ellos, qué tipos de encuadernaciones había, cómo se elaboraban las tintas, qué papeles se vendían más, qué formatos y tamaños de libros existían... Una auténtica delicia para los bibliófilos.
También me suele gustar mucho que las historias se desarrollen en sitios que conozco; y en esta ocasión nos trasladaremos a la Alcalá de Henares de finales del siglo XVI. No es necesario conocer esta localidad para disfrutar igualmente de la novela, pero con las descripciones tan detalladas que hace la autora, será como si estuviéramos paseando por la ciudad de la mano de los protagonistas. Y además nos moveremos por todo tipo de ambientes, desde los más selectos hasta los bajos fondos alcalaínos, que iremos viendo a través de los ojos de los protagonistas; incluso en estos pasajes la novela resulta de lo más visual, porque nos podremos imaginar perfectamente dónde estamos, yo diría que incluso sin haber ido nunca a Alcalá de Henares. Si a todo esto le unimos el exquisito uso del lenguaje, con giros propios de la época, será como si hubiéramos hecho un auténtico viaje en el tiempo. Y tampoco podemos dejar de lado otro tipo de giros, los de la propia trama, que nos envolverá en una atmósfera de lo más misteriosa y, en ocasiones, incluso agobiante.
Si te gusta la novela histórica, estoy segura de que disfrutarás con esta lectura; y si además te pasa como a mí, que te llama la atención esto de los libros antiguos, disfrutarás el doble. De nuevo quiero agradecerles a Kayena y Carmina y a su iniciativa #SoyYincanera la posibilidad de haber conocido esta novela a través de ellas; y a Ediciones B por el ejemplar facilitado para su lectura. Para mí desde luego ha sido todo un descubrimiento, y creo que no sólo pasará a mi lista de mejores lecturas del pasado 2018 (aunque la reseña sea ya de 2019), sino que intuyo que será uno de esos libros que te apetece releer de vez en cuando.