Recientemente he adquirido uno. Me encanta su afinación, con una escala pentatónica menor, mi fa# sol si do mi fa# sol... La escala akebono japonesa. Mi elección de color personal: dorado (había muchas posibilidades, me decanté por esta por su sobriedad).
Es un instrumento que transmite mucha relajación, paz, serenidad, tanto al tocarlo como al oírlo. Al igual que los cuencos tibetanos, su resonancia, rica en armónicos, conecta con el interior del individuo, siendo ideal para momentos meditativos.
Hay que recordar que los armónicos superiores reforzados inciden sobre los órganos internos del ser humano masajeándolos, podría decirse, suavemente... Una manera de recibir un extra de felicidad, a través del espíritu, la mente y también del cuerpo, pues a través de los sentidos es como se puede acceder a las facultades superiores del ser humano.
Estoy muy contento con el instrumento, donde lo adquirí es bastante económico, es bastante transportable, muy sencillo de ejecutar. El hang original, inventado recientemente, se fabrica en Suiza por encargo y su precio está muy por encima de la mayoría de los bolsillos (lo reconoceréis por su especie de forma de ovni:)
Me decidí por este hermano menor, por este instrumento de la misma familia, como lo es el garrachang indio, del cual proceden todos. Os recomiendo que probéis diferentes estilos de ejecución: con baquetas y sin ellas, acordes y monofonía, heterofonía (pedales más melodía o notas alternas también)...
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