Desde que Gerardo Tata Martino aterrizó en Can Barça, la sombra de la sospecha le ha ido persiguiendo. En primer lugar le persiguió la sospecha de su estilo a la hora de vestir, esas chaquetas eran más propias del siglo pasado que del presente y, posteriormente, tras un partido contra el Rayo Vallecano, se le recriminó [&hellip Paco Ros BernalProfesor Anatomía at Universitat Jaume INacido en Cieza y amante del buen fútbol. Las sinapsis blaugranas se suceden cada Domingo. No hay nadie como el ‛10‛ de Rosario.
El polo pistacho dejó de ser un náufrago
Y la ardilla de Tocopilla se encumbró en el clásico
Se acerca el partido del año
De la Supercopa al Clásico