El TDAH no existe…

Por Almapau @princesas_os

El TDAH no existe...

Está de moda, un niño activo, movido, es de inmediato etiquetado como hiperactivo.
Cualquiera está capacitado para diagnosticar. Revoltoso? Seguro que es hiperactivo!
Es fácil y tan actual! Profesores que interpelan a los progenitores para buscar soluciones medicas, y es que es tan cómodo!
Si te toca un niño movido en clase es más fácil medicarle para que no se salga de la media, educarles para que se comporten como engranajes de una fábrica, todos iguales, acompasados, perfectos, es menos cansado!

Hemos llenado webs y consultas de niños hiperactivos y con déficit de atención.
Niños traviesos, con mucha energía, niños con problemas de comportamiento...

Todos sabemos que es un niño con TDAH(Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad)
Verdad? Ese que no para, el que está en todos los líos, el contestón, el travieso, el gamberro, el pegón, el de las etiquetas...
Y nos quedamos tan panchos.

Y es que en Francia no existe el trastorno! Allí los niños son mejores que los nuestros, más listos y hasta más guapos!
No, no se diagnostican TDAH en Francia, directamente se les cataloga de esquizofrénicos, menos de moda, pero cuyo diagnostico puede ser una losa de por vida en un niño.
Yo no soy experta, y creo honestamente que muchísimos de los niños diagnosticados, lo han hecho al tun-tun, para comodidad de padres y cuidadores, y me parece una vergüenza y algo que habría que mirar con lupa.

Hoy os traigo la historia de un niño con TDAH, pero de verdad, no es la historia de uno en particular y es la historia de todos, me ha ayudado a recabar información Milagros Martin-Lunas una maravillosa periodista y sobretodo madre, que desde su blog nos trae de actualidad la convivencia en una familia con este diagnóstico entre sus miembros.

Desde su blog: Mi vida con un TDAH nos trae desde el corazón sus vivencias y pensamientos...

Con los niños de su edad ha empezado a ser el pegón, si todo se hace de forma que le vaya bien no hay problema, pero cuando surge algo que le desconcierta explota. Su primera bicicleta es una batalla, tiene miedo a todo lo nuevo, tiene miedo a errar, a no poder, a ser distinto. No hay lugar para los besos cuando estallan las tormentas, cuando se cae de la bici y en lugar de levantarse la pisa, y se revuelve con violencia para romper y golpear aquello que le hace sentir inferior. Las reuniones con el tutor no añaden más que una constante acusación, no sabes educarle... No es culpa suya, no es culpa tuya, no es culpa de nadie... Cuesta, es duro, pero la medicación ha servido para darle estabilidad y centrarle, aunque no son la panacea y necesita además terapias y psicólogo. Más adelante podrán plantearse quitarle la medicación, cuando su madurez le de herramientas para auto gestionar su ira. Salía la presidenta de una asociación que organizó una carrera para apoyar la enfermedad hace unos días, diciendo que son niños caros... Se confunden muchos con los mal diagnosticados, esos a los que simplemente medican, creyendo que teniendo niños tranquilos se acaba el problema, pero es un esfuerzo diario, una construcción desde los cimientos, los cimientos del adulto que será el día de mañana. Y es que Martín no es un niño normal, Martín es el boceto de un adulto excepcional, un dibujo que día a día se mejora, a veces borrando líneas y rehaciéndolas, es sobre todo el boceto de un adulto, dibujado por su madre y su familia, por un entorno que le adora y le acompaña, Martín es una obra de arte, aunque aún no lo sepa.
Ese adulto que crecerá a fuerza de trabajo y esfuerzo, de caer mil veces y aprender a levantarse aún sabiendo que tal vez el esfuerzo no conlleve llegar a la meta, a la meta esperada, la de los niños "normales"
Estabilidad y aceptación, pero su trastorno está ahí, sigue siendo un niño con problemas, aunque ahora al menos saben el por qué.
La familia, acusando indirectamente, te falta dureza, te falta fuerza, no sabes, no puedes...
No hay lugar para los besos cuando el endriago le posee y le convierte.
Cuando deja de ser ese maravilloso niño para ser ese otro, maravilloso también, pero incomprensible.
Un gran peso sobre la cabeza de un niño.
Y el amor de su madre no basta, no cura, atrás quedaron los besos mágicos de la primera infancia, aquellos que sanaban con un beso de rana...
Y sus explosiones son bíblicas.
Vuelan los objetos, los gritos rasgan el aire, su fuerza abruma, y su dolor de combatiente que no teme perder...

Aunque nuestro sistema educativo no esté preparado para dar cabida a estos pequeños.
Aunque sea mas fácil recortarlos a todos y escindirlos para que quepan en los moldes de nuestra educación.
Queda mucho camino por hacer...

Dr. Mariano Trillo (Psiquiatra) La Vanguardia 13 de marzo de 2015.Los argumentos en contra de la existencia del TDAH son tendenciosos, no probados científicamente y sensacionalistas. Las acusaciones de que el diagnóstico y los tratamientos médicos son un montaje de laboratorios con fines comerciales no son sólo de extremada gravedad, sino difícilmente creíbles en un mundo donde la medicación es la industria más controlada de todas. Cada día veo en mis pacientes las consecuencias acumulativas de no tratar el TDAH, como son baja autoestima, ansiedad, adicciones, desajuste social y laboral o depresión. Consecuencia del propio TDAH, no de la medicación. Se han identificado los genes que predisponen al TDAH, y su diagnóstico hace unos años que está reconocido internacionalmente por la OMS. Hay guías de práctica clínica para el tratamiento. Deberíamos empezar a preguntarnos si son los profesionales del TDAH y los laboratorios quienes sacrifican la salud de los pacientes por intereses comerciales o si lo hacen algunas ideologías que sistemáticamente ignoran una realidad rotunda y científica para reafirmar sus teorías.Dra. Anna Sans (Neuropediatra) La Vanguardia 15 de marzo de 2015.Del trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH) se dice de todo: que no existe, que alguien reconoció habérselo inventado, que es un fraude de la industria farmacéutica, que damos pastillas a los niños para que no molesten, etcétera. ¿Somos los médicos, psiquiatras y neuropediatras profesionales corruptos y remunerados por la industria farmacéutica para tratar un trastorno que no existe? ¡Ya está bien! ¿Por qué no se exigen estudios serios a quien niega el trastorno? ¿Por qué no se muestran los resultados sobre la evolución de pacientes diagnosticados y tratados de formas alternativas y se presentan en foros científicos? ¿Y la prensa? La información ha de ser plural, aducen. De acuerdo, pero también seria. Una cosa es informar sobre tratamientos alternativos y otra subirse al carro de la desinformación. ¿Es que creer o no creer en el TDAH es una cuestión de fe? La evidencia científica es apabullante con relación a las diferencias que existen en el desarrollo del cerebro de los niños con TDAH, a alteraciones genéticas asociadas al consumo de alcohol durante la gestación o a los efectos de la prematuridad. Por no hablar de estudios como el reciente publicado en The Lancet que, tras analizar la evolución de 30.000 personas con TDAH, muestra una mayor mortalidad por accidentes y drogadicción. La relación del TDAH con el fracaso escolar y el buen resultado de la detección precoz están más que demostrados. El manejo adecuado debe ser no sólo farmacológico, sino multimodal, lo que incluye la intervención psicoeducativa a padres y maestros, la reeducación y el tratamiento psicológico

Aquí podéis encontrar un video muy didáctico sobre la autoestima