Con capacidad para casi 20.000 personas el Teatro de Marcelo fue uno de los tres teatros permanentes de la antigua Roma, junto con el de Pompeyo y Balbo, y el único que aún se conserva parcialmente. Posiblemente este fue el teatro más frecuentado por los romanos hasta la aparición del gran Coliseo.
La construcción fue iniciada bajo el mandato de Julio Cesar y finalizada por Augusto entre los años 13 y 11 a.C. Augusto dedicó su construcción a su sobrino y yerno Marco Claudio Marcelo muerto prematuramente a la edad de 19 años.
Durante el paso de los años el edificio ha tenido diferentes usos, los primeros casi lo destruyen y los últimos lo salvaron de su desaparición. Con el declive del imperio romano sus paredes fueron usadas como canteras, como muchos otros edificios de la época. Durante la edad Media se usó de fortaleza y posteriormente como palacio. Durante la década de 1920 empezó su restauración y eliminación de estructuras vecinas.