Asistí hace unos días a una interesante presentación de la película "Encontrarás dragones", que se estrena en España el 25 de este mes. Continúo el diálogo con mi amigo, a la salida de esa presentación, sobre el tema de fondo de la película: la necesidad del perdón.
▪Un momento. ¿Por qué un santo (S. Josemaría Escriva) ha de sentirse merecedor del peor castigo? ¿Me estás hablando del pecado original?
▪Exactamente.
▪Entonces entramos en complicaciones. ¿Por qué tenemos que pagar nosotros lo que hicieron Adán y Eva al comienzo de la historia?
▪Porque su historia es la nuestra. Aquí aparece precisamente el segundo texto que ha sido luminoso para mi. ¿Recuerdas que han aparecido, al comienzo de la película, dos frases a modo de claves de interpretación?
▪ ¿Te refieres a “todo santo tiene su pasado” y “todo pecador tiene su futuro”? También a mi se me han quedado en la cabeza.
▪La primera se refiere –lógicamente- a que todo santo en su historia tiene cosas que no son santas. Pienso que equivale a decir: “todos estamos hechos de la misma pasta”. En la película, la pelea de S. Josemaría en el seminario, escenifica esta realidad.Pero la frase, tiene una lectura más profunda: santos y pecadores tenemos el mismo pasado. Nuestro pasado, el de los santos y el de los pecadores es común: son nuestros padres. Aquí es donde aparecen Adán y Eva.
▪ ¿Tu crees que Roland Joffé habrá pensado en eso cuando ha elegido la frase?
▪ Es muy poco probable. Pero toda obra artística escapa de algún modo a su creador. El espectador puede recorrer caminos que el autor nunca ha pensado.
▪ ¿Y a los que no admiten la historia de Adán y Eva, que les dirías?
▪ Que lo tienen francamente complicado para explicar la presencia de la violencia en el mundo. Pero lo peor es que si no hubiera un origen voluntario en la aparición del mal, este no se podría detener.
▪ De todos modos, ¿no te parece ir demasiado lejos remontarse desde la guerra civil hasta Adán y Eva?
▪ Francamente, no. Estamos en guerra civil desde Caín y Abel. La primera guerra ya fue una guerra fratricida. Toda guerra lo es. Se suele decir que la historia de una guerra la escriben los vencedores y la reescriben los vencidos cuando llegan al poder, para ajustar las cuentas. Pero el hecho es que ni a unos ni a otros las cuentas les acaban de cuadrar nunca. Las cuentas morales son mucho más importantes que las económicas, y siempre hay cuentas pendientes.
▪Alguna vez he pensado que más de uno de los están seguros de la existencia de nuestros primeros padres, tienen ganas de ajustar las cuentas con ellos por habernos metido en este lío.
▪Ese es el problema. Que no acabamos de descubrir que esas cuentas están muy bien ajustadas, a nuestro favor, desde el mismo momento del pecado. Las pagó un crucificado, con los brazos abiertos de par en par, para los de la derecha y para los de la izquierda. No me extraña que al guionista y director, con su sensibilidad por los problemas humanos, le haya subyugado la figura de un sacerdote de Cristo como pacificador en medio de una guerra.
▪ ¿Iremos juntos a verla?
▪ Iremos juntos, y volveremos a hablar de por qué los hombres seguimos estando separados.