El templo del alba es la tercera novela de la tetralogía "El mar de la fertilidad", y continúa teniendo como hilo conductor al personaje de Shigekuni Honda, un exjuez y ahora abogado en la madurez que sigue obsesionado al haber sido testigo de la reencarnación de su amigo Kiyoaki Matsugae.
Honda emprende un viaje profundamente espiritual a Tailandia y a la India, y en la primera (plúmbea) parte del libro asistimos a un profundo repaso a las deidades de las culturas que visita, con una erudición de la que para mi gusto podríamos haber prescindido. En su viaje conoce a Yin Chan, una princesa tailandesa en la que cree ver la reencarnación de Kiyoaki.
La vuelta al Japón de postguerra, avanzando unos años en el relato, le sirve para contraponer una ácida crítica de una sociedad decadente y occidentalizada frente a la búsqueda de la espiritualidad que es permanente en la novela.
Al igual que pasaba en las dos textos anteriores, la segunda parte del libro mejora y se hace más comprensible, para acabar de una manera un tanto brusca e inesperada, con la visita a Japón de Yin Chan, convertida ahora en una bella y voluptuosa joven.
La riqueza expresiva sigue estando presente y como siempre alcanza momentos brillantes, pero en conjunto y sobre todo durante el largo periplo por Tailandia y la India, se me ha hecho larguísima.