Siempre que pienso en Ken Follet, lo relaciono con Los pilares y Un mundo sin fin, pero me olvido de que en realidad la mayoría de sus novelas son thrillers modernos, y hasta ahora no me había animado a leer ninguno.
Todo comienza con una violación perpetrada en las dependencias de deportes de la Universidad: la chica agredida, Lisa, es rescatada por su amiga y protagonista de esta historia, Jeannie Ferrami.
Jeannie es una científica contratada por la universidad para investigar la relación entre los genes y la criminalidad. Para ello, ha desarrollado un programa informático que, a partir de bases de datos, relaciona a individuos idénticos: le ayuda a encontrar gemelos. Ella está tratando de buscar parejas de gemelos que se hayan criado por separado, cuando se topa con el individuo perfecto: Steve Logan. Es un chico guapo, inteligente y educado que tiene un gemelo en la cárcel, acusado nada más y nada menos que de asesinato. Pero sucede algo extraño: ambos chicos no saben que son gemelos y sus familias aseguran que no son adoptados… Qué raro, ¿no?
Para echar más leña al fuego, Steve es acusado de la violación y Lisa le señala en una rueda de reconocimiento… ¡Pero si él no ha hecho nada! A Jeannie todo esto le parece extrañísimo, y más conociendo el perfil psicológico de Steve, que a todas luces es un buen chico, así que se lanza a investigar sobre el tema… Pero la pobre no llegará muy lejos: todo indica que hay gente poderosa a la que no le interesa que se sepa qué se esconde detrás de estas incógnitas.
La Iglesia de Santa Ana
(otro día haré una foto más cerca)
Si habéis leído este pequeño resumen y miráis el título del libro, cualquiera se va a dar cuenta de que es el mismo título el que te fastidia y te destapa la primera mitad de la historia. Sí, hay un tercer gemelo (evidente), y yo le preguntaría a Ken si no hubiera podido titularlo, qué se yo, “El ADN criminal” o de alguna otra manera menos destripadora. Gracias a dios, el autor no se queda en esto de los tres gemelos, y veremos que hay un montón de subtramas surgidas una vez conocida la existencia del tercer chico, con lo que en la segunda mitad vamos a ciegas (por fin). Aparte del detalle del título, el libro se lee rapidísimo, te engancha y disfrutas con los personajes. Tiene esas típicas escenas que te ponen los nervios de punta y, cuando crees que las cosas van a salir bien, AHGRRR, pasa algo malo y te dan ganas de introducirte en la historia y empezar a repartir mamporros (sólo a los malos, eh!).
He leído por ahí que el romance del libro está metido con calzador, pero a mí no me lo ha parecido, porque los personajes son como muy frescos y creíbles. Además Steve es adorable: un personaje que se hace querer.
Le voy a poner una pega que nada tiene que ver con la narración ni la historia. El argumento se desarrolla aproximadamente a mitad de los años 90 cuando internet, el correo electrónico y las búsquedas de bases de datos eran un poco arcaicas, con lo cual algunas cosas quedan “pasadas de moda”. Aún así y obviando este detalle, uno se mete bien en la historia y se disfruta un montón. No quiero decir que pase a la posteridad ni deje huella (de ahí la nota que le pongo), pero es un libro con el que se pasa un buen rato y gracias a él tendré más en cuenta las novelas anteriores de Ken Follet como posibles candidatas.
Comentar que existe una película basada en este libro, que no he visto, y también una miniserie, tituladas ambas El tercer gemelo. De la miniserie sólo he visto el primer capítulo y es totalmente fiel al libro, aunque también es “muy de los años 90″. Un detalle que me empieza a preocupar es que, siendo Jeannie morena en el libro y Steve un rubiales, en la serie son justo al contrario, ¡igual que en El cartero siempre llama dos veces! Como digo, es preocupante
Y para terminar, dejo un enlace a la minireseña que hice para la página de Popular libros: El tercer gemelo.