El Tercer Mes del Gobierno

Publicado el 02 febrero 2012 por Jmbigas @jmbigas
Estamos ya en Febrero, y estos días parece que nos va a barrer una ola de frío siberiano. De momento, parece que ya ha nevado algo incluso en Barcelona ciudad, mientras que en Madrid tenemos un día soleado, pero la temperatura no ha pasado de los dos grados positivos, y sopla un fuerte viento helado.

Rajoy calla en España, pero habla por los codos en Europa.
(Autor: Donald Tusk -AFP-; Fuente: publico)

Pero el temporal no es culpa del Gobierno. En lo que pueda afectarnos, ya sí. Hemos entrado en el tercer mes en que este país convive con el nuevo Gobierno del PP con Mariano Rajoy de presidente. Un Rajoy que está mudo en España, y habla por los codos en los foros europeos. Un gobierno cuya primera medida fue subir los impuestos, lo que había negado en toda la campaña electoral e incluso había demostrado, por activa y por pasiva, lo nefasta que puede resultar una subida de impuestos. Otras decisiones (o, por lo menos, planes) ya sí son más previsibles, y tienen menos carga de sorpresas. Todos los ministros están compareciendo (a petición propia) ante las correspondientes comisiones del Congreso de los Diputados. Esto nos ayuda a conocerlos un poco mejor, y a hacernos una idea más o menos cabal de lo que nos puede esperar. En algunos casos, resulta relajante oír propuestas que tienen más sentido común que a los que nos tenía acostumbrado el gobierno de Zapatero, con sus estrambotes y salidas de pata de banco, demasiado frecuentes. Pero también estamos oyendo otras decisiones que ha tomado (o va a tomar) el nuevo gobierno, que van en la pura línea de un partido como el PP, nacido del tardofranquismo y que se siente mucho más a gusto en las sacristías que en el ágora. Ruiz Gallardón, por ejemplo, anunció modificaciones en la Ley del Aborto que supondrán, en la práctica, una vuelta a la ley de 1985. Y yo que sospecho que las niñas de derechas siguen abortando en Londres. Será que soy un mal pensado.

Ruiz-Gallardón, durante su comparecencia ante la
Comisión de Justicia del Congreso de los Diputados.
(EFE; Fuente: diariodenavarra)

También ha anunciado que será posible divorciarse ante un notario (sin intervención de ningún juez). Francamente, no lo entiendo. La función de un notario, como fedatario público, es recoger en un acta notarial (o documentos de ese tipo; no conozco los detalles), lo que han manifestado las partes en su presencia. Pero el incumplimiento de lo acordado frente a un Notario no es perseguible de oficio, salvo que viole alguna ley (la morosidad en el pago de una hipoteca aceptada ante Notario, por ejemplo). En fin, ya darán más detalles, supongo. Pero lo que me alerta sobremanera, porque es síntoma de las aguas por las que parece que nos quieren ver navegando. Se ha anunciado la desaparición de la asignatura Educación para la Ciudadanía, y su sustitución por otra de nombre demasiado parecido a la histórica F.E.N. (Formación del Espíritu Nacional) de nuestra infancia. Sin entrar al detalle de contenidos (y parece que el ministro Werth desautorizó la asignatura basándose en el contenido de un ensayo que nunca se utilizó como libro de texto), creo firmemente que uno de los objetivos de todo el sistema educativo (público, privado y mediopensionista) es la de formar ciudadanos libres, que sean capaces de tomar sus propias decisiones informadas. Por ello me parece imprescindible que exista una disciplina de Educación para la Ciudadanía en el temario de nuestros escolares. Estoy profundamente convencido de que existe una ética o moral natural que debe explicarse con claridad. Y a la que no debe afectar ni las creencias religiosas, ni la adscripción a uno u otro club, ni, por supuesto, el equipo de fútbol favorito. Me parece, por tanto, una muy mala noticia su desaparición. De hecho, me huele muy desagradablemente a humo de cirios. Que resultará que quien manda en España no es Rajoy, sino Merkel para los dineros y Rouco para la ética. Seguro que se habrán cometido abusos con los contenidos, porque el sectarismo, desde luego, no es patrimonio exclusivo de la derecha. Pero me parece necesario, para educar ciudadanos libres, comprender las diversas formas de vida para mejor poder decidir la que uno escoja. Siempre dentro de los límites de esa ética o moral natural de la que hablaba antes.

José Ignacio Wert, Ministro de Cultura.
(Fuente: eldiario24)

El tema suena demasiado a censura previa como para que me pueda parecer aceptable. Es urgente alcanzar un consenso entre todas las fuerzas políticas sobre estos contenidos. O el tema se convertirá en un arma arrojadiza cada vez que haya un cambio de Gobierno. Las cosas realmente importantes deben quedar al margen de esos vaivenes. Otro tema que me ha preocupado, esta vez en la comparecencia de este jueves del Ministro de Cultura, es la soflama en favor de la tauromaquia, proponiendo, incluso, que sea patrimonio inmaterial de la humanidad. No soy habitual de las corridas de toros, pero sí he visto alguna (especialmente con ocasión de fiestas populares). Respeto tanto a los aficionados como a los detractores, siempre que no intenten hacer proselitismo e igualarnos a todos. El Ministro habló de las manifestaciones artísticas en torno a la tauromaquia, y citó explícitamente a García Lorca, e implícitamente a Goya, por ejemplo. Ya he hablado de mi opinión sobre el tema en diversas ocasiones. Pero hoy me quedo con las atinadas palabras de Chesús Yuste (de la Chunta Aragonesista, integrado en el Grupo de la Izquierda Plural): también existe la novela negra que habla de asesinos en serie y demás, y eso no convierte al asesinato en un arte. No me parece mal que existan corridas de toros (al fin y al cabo, eso permite la crianza de las ganaderías bravas, que habrían desaparecido) pero sin subvenciones públicas, para que asista el que quiera y pague por ello. De ahí a convertirlo en patrimonio inmaterial de la humanidad hay un trecho que no me gustaría ver recorrer a este país. Y todo ello por no hablar de los recortes que impiden la salida de la recesión (con la que nos tocará convivir todavía algunos años), de la subida (que continúa) astronómica del desempleo o de las ayudas públicas a la Banca. Que no me apetece hoy hacerme tan mala sangre.  JMBA