Y yo la he leído. TACHÁN-TACHÁN. Es una novela maravillosa. Es una historia que se desarrolla en un hotel de la Costa Brava. Un hotel llamado Del Mar que NO existe porque lo he buscado, claro que quería ir allí a pasar el fin de semana. Los protagonistas ,Udo e Ingeborg, dos alemanes überenamorados que van a ese hotel a pasar las vacaciones porque él veraneaba allí de pequeño con sus padres y todo le traía recuerdos. POR SUPUESTO la recepcionista, Frau Else, no tiene ni idea de quién era ese tal Udo, que había llegado silbando EH, soy un alemán guay y aquí todos me conocen. Y una mierda. De hecho, tan enamorado que está Udo de Ingeborg que, en cuanto ella se vuelve a Alemania, empieza a zumbarse a medio hotel, sin ninguna clase de escrúpulos. Durante las vacaciones, Ingeborg se pone morenaca en la playa y lee un libro bastante malo y Udo se dedica a jugar a la segunda guerra mundial. Pronto empezará a jugar con El Quemado, el dueño de los patines (aka pedaletas) de la playa. Luego hay dos tíos muy turbios por ahí dando vueltas, y otra pareja de alemanes, Charly y Hanna que tienen un papel MUY IMPORTANTE en la trama. Tan importante que no puedo decirlo, sólo que Charly le da de hostias a Hanna una noche pero eso es la milésima parte de toda la miseria y destrucción que tiene la novela. Leedla. Al menos leed este párrafo, este monólogo interior de Udo muy al principio de la novela, cuando DECÍA que estaba enamorado y aún no se zumbaba a esa tal Clarita. Por los clavos de cristo.
¿También yo he progresado? Por supuesto: antes no conocía a Ingeborg y ahora estoy con ella (…) Sin pecar de exagerado creo que estoy en el mejor momento de mi vida.
En gran medida la responsable de esta situación es Ingeborg. Encontrarla es lo mejor que me ha sucedido. Su dulzura, su gracia, la suavidad con que me mira hacen que lo demás, mis esfuerzos cotidianos y las zancadillas que me ponen los envidiosos, adquieran otra proporción, la justa proporción que me permite enfrentarme con los hechos y vencerlos. ¿En qué terminará nuestra relación? Lo digo porque las relaciones entre parejas jóvenes son hoy tan frágiles. No quiero pensarlo mucho. Prefiero la amabilidad; quererla y cuidarla. Por cierto, si acabamos casándonos, tanto mejor. Una vida entera al lado de Ingeborg, ¿podría pedir, en el plano sentimental, algo más?
EL TERCER REICH, pag. 16.