EL TRONO ES UN PEDAZO DE MADERA CUBIERTA DE TERCIOPELO de Marlene Dietrich
Debe su nombre a que en sus orígenes esta tela se hacía a partir de tres pelos. A Europa llegó procedente de la India debido a que los romanos ampliaron su influencia en Asia; y fruto de ello fueron las transacciones comerciales que facilitaron su llegada. En este continente no se aprendió a fabricarlo hasta muy tarde, en que genoveses y venecianos, ejerciendo el monopolio de la navegación con Asia, construyeron las primeras fábricas en Italia (Lucca, Florencia, Venecia o Génova) pasando posteriormente a España, Flandes, Alemania y Francia, llegando a Inglaterra en 1747.
El terciopelo se caracteriza por su pelo corto y denso que le proporciona un tacto suave. Tradicionalmente se ha elaborado a partir de fibras naturales como la seda, lino, algodón y lana. Debido a su alto coste de fabricación siempre ha estado ligado al lujo, al prestigio y a la riqueza. En la actualidad se confecciona con fibras sintéticas hechas de rayón y acetatos, lo que les confiere un brillo parecido pero que no proporciona la misma prestancia.
En la edad media ya era muy conocido entre los nobles y de uso común, como lo demuestra un romance que habla de la espada del Cid, de sobrenombre el Campeador: "Y de la Tizona espada / a quien él mucho estimó, / de terciopelo morado / los tiros y vaina son". Y del traje de Doña Jimena, su mujer, cuando dice: "Un jubón de grana fina / la hermosa dama sacó / con fajas de terciopelo / picadas de dos en dos."
En 1986 David Lynch consiguió la nominación al Oscar como mejor director por la película Terciopelo Azul (título original Blue Velvet), que nada tiene que ver con la tela en cuestión ya que se trata de un film de terror psicológico y de cine negro.