El violento y destructivo sismo de 8.8 grados Richter del pasado 27 de febrero no sólo habría afectado el eje de la tierra, sino que también habría modificado el territorio, de acuerdo a las estimaciones de expertos de distintas universidades de Estados Unidos. De hecho, a causa del movimiento telúrico, Santiago y Buenos Aires estarían entre dos y cuatro centímetros más cerca.
El sismo de 8.8 grados de magnitud en la escala de Richter registrado a las 03:34 horas del sábado 27 de febrero no será recordado sólo por la gran destrucción que ocasionó en la zona centro y sur del país, ya sea por el derrumbe de viviendas o el posterior tsunami que barrió con numerosas localidades costeras. A medida que transcurren los días, van surgiendo nuevos antecedentes científicos sobre los efectos del movimiento telúrico, que ocupa el quinto lugar entre los más poderosos de los que se tiene registro a nivel mundial.
La semana pasada informamos que el terremoto había modificado muy ligeramente el eje de la tierra, y ayer lunes varios científicos aseguraron que el fuerte movimiento desplazó varios centímetros e incluso varios metros a ciudades completas.
La información, que aparece en la página de la Universidad de Ohio asegura, de hecho, que la geografía del cono sur de América cambió la madrugada del sábado y que incluso el movimiento de las placas tectónicas hizo que Santiago y Buenos Aires se acercaran entre dos y cuatro centímetros.
Concepción, una de las ciudades más golpeadas por el sismo, que se ubica pocos kilómetros al sur de su epicentro, estaría en este momento 3,44 metros más hacia el oeste. Otras ciudades que se desplazaron son Valparaíso (28 centímetros) y Santiago (24 centímetros). Otras zonas más lejanas donde el terremoto no se sintió también habrían experimentado cambios después de la madrugada del sábado. Es el caso de zonas tan distintas como Fortaleza, en Brasil, o las islas Malvinas, en el Atlántico sur.
Pero ¿cómo se puede determinar si una ciudad se movió o no después de un sismo? Los expertos lo hicieron comparando en detalle y con gran precisión distintas imágenes satelitales tomadas antes y después del sismo, y a la vez comparando la información con los datos de sistemas GPS. Las mediciones estudiadas fueron reunidas por científicos de las universidades de Ohio, Memphis y Hawai, y también por especialistas del Instituto de Tecnología de California. En Chile proporcionaron información la Universidad de Concepción, el Centro de Estudios Científicos de Chile y el Instituto Geográfico Militar, que está a cargo de mantener actualizada toda la información cartográfica del país.
El sismo del 27 de febrero se produjo por la misma razón que se produce la mayoría de los temblores que sacuden con frecuencia el territorio nacional: la energía que libera la presión de la placa de Nazca al introducirse bajo la placa Sudamericana. El profesor de la Universidad de Ohio Mike Bevis explicó que desde 1993 hay un equipo de expertos que monitorea y estudia el movimiento y la deformación de Los Andes centro sur. Se trata de una red de GPS que mide el eventual movimiento de la Tierra, que está en proceso de ser ampliada próximamente. Al construir nuevas estaciones, el proyecto puede monitorear las deformaciones postsísmicas que se espera ocurran durante muchos años, dándonos nuevos datos sobre la física de los procesos del terremoto.
Imagen | Natasha Pisarenko, en The Big Picture
Una mirada no convencional al neoliberalismo y la globalización