El tesoro de Valsadornín

Por Monpalentina @FFroi

¿Qué harías si te encuentras un tesoro? En alguna ocasión nos hemos hecho esta pregunta. Y nos la volvemos a plantear ahora que Palencia recupera el tesoro que los hermanos Roldán encontraron en 1937 en terrenos de Valsadornín: un caldero de cobre con más de 10.000 monedas romanas acuñadas en el siglo III, y custodiadas desde 1951 en el Museo Arqueológico Nacional. Según el boletín de la Real Academia de la Historia, existió en las cercanías una granja romana tardo imperial, cuyo linaje lleva por apellido el nombre del lugar, "los fijos de Diego Pérez de Valsadorni", con un solo vasallo en el mismo que participa en su señorío y tributos...

La noticia ha ido rodando de puerto en puerto, donde se han aireado distintas cantidades. Algunas monedas se fueron perdiendo por el camino. El recuento que se hizo en su momento y que ahora recuperan los medios, era de 8000 monedas amalgamadas que se llevaron a Madrid y, otras 2.421 sueltas y peor conservadas que se depositaron en el Museo de Palencia. Parece que solo tres de aquellas monedas pudieron contemplarse en las vitrinas de numismática romana de nuestro museo, pero nadie se molestó en indicar que era parte del tesoro hallado en Valsadornín.

Las crónicas de la época registran que los hermanos Roldán "se quedaron con algunas monedas"; que algunos vecinos de Cervera, donde fue depositado por unos días el tesoro, tenían también ejemplares y que al gobernador de Valladolid, señor Villalobos, se le entregaron 23 de las mejor conservadas, de las que nunca más se supo".

A primeros de diciembre de 2018, cuando comienza a hacerse público la devolución del tesoro a Palencia Vicente G. Olaya recupera la historia en el Diario "El País" de aquel lluvioso mes de agosto de 1937, historia de una vasija con miles de piezas de plata y cobre, acuñadas durante los reinados de 18 emperadores romanos. Valentina Calleja explicó en su día que en los años en que fueron fechadas, la Hispania romana estaba sometida a fuertes convulsiones, lo que debió llevar al propietario a ocultarlo para poder recuperarlo cuando las aguas volvieran a su cauce.

LA MADEJA | DIARIO PALENTINO